Oviedo-COB, este partido no es ninguna broma

La Primera FEB no echa el freno por Navidad. Es más, incluso aprieta el paso. Sin descanso y fijando partidos atractivos en un calendario que ya poco de azar tiene. Y en esas está el COB. El equipo ourensano saltará esta mañana a la pista para verse las caras con el Oviedo en tierras asturianas. Estreno cobista en el Palacio de los Deportes, una instalación de categoría que “jubiló” al tan mítico como incómodo Pumarín. Y, pese a que es el Día de los Inocentes, el partido no es para tomárselo a broma. Llega el COB tras dos derrotas seguidas por primera vez esta temporada. La primera, más entendible ante un Coruña intratable y con el virus aun rondando por las cabezas y los estómagos de los jugadores. La segunda, más dolorosa por fondo y forma, en casa ante el Gipuzkoa. Necesitan cortar la mala dinámica los ourensanos, especialmente por los “cocos” que asoman por el horizonte, a los que se les puede meter mano, sí, pero exigirá rozar la matrícula de honor.

Fue una semana rara de entrenamientos, algo más incómoda de lo habitual. Principalmente, por el cambio de escenario. El Pazo volvió a ser conquistado por las atracciones y las luces de Pazolandia y los cobistas cogieron el petate rumbo al pabellón de A Chaira, en Pereiro de Aguiar. Allí trabajaron para pulir errores y recuperar los básicos de un juego que ha dado más alegrías que penas, pero que perdió su esencia en el último encuentro. Más allá de las heridas de guerra habituales a este nivel, solo el lesionado Martín Iglesias causará baja en Asturias.

Básicos

Una defensa con colmillo y que lance el juego de ataque, que superioridad mostrada anteriormente en el rebote ofensivo siga muy presente y la mejor versión de jugadores clave para el rendimiento, como Gabe Kalscheur o Rafa Lisboa, se antojan fundamentales para el éxito en una salida con la etiqueta de difícil, pero posible en las quinielas. El COB quiere volver a ser el COB que no fue en el primer cuarto ante el Gipuzkoa y que condicionó todo lo que vino después. Ya ha demostrado que como visitante puede rendir y vencer y saldrán al parquet con ganas de compensar a kilómetros de distancia lo que se escapó en sus dominios. Moncho López apretó las tuercas para que el equipo salga enchufado desde el salto inicial.

Al otro lado está un Oviedo que también llegará tras encajar una derrota. Lo hizo en Zamora, tras prórroga, en un partido que frenó la buena dinámica que llevaban los de Javi Rodríguez tras un comienzo de curso complicado que les llevó a ir al mercado de fichajes. Un rival peligroso, con un ataque que si entra en combustión puede irse a muchos puntos. El jugador a seguir es Marques Townes, que llegó al equipo con el tren en marcha, pero ha cogido galones desde el principio. Lobaco, Parham II, Duscak o Hermanson completan la base de un juego exterior con alternativas. Por dentro, sin la presencia de un referente indiscutible, el novato Nwaokorie, un Faure en crecimiento y el consolidado Cosialls llevan el peso a ambos lados de la pista. Cuando en verano se hacían las previsiones, ovetenses y ourensanos se colocaban en el mismo nivel: el objetivo era escapar de bajo con solvencia y tratar de pelear con los de arriba.

El COB cierra el 2025 baloncestístico. Lo hace, como es habitual, lejos de casa aunque respaldado por unos cuantos fieles. Y buscará que ni el turrón se haga bola ni las futuras uvas lleguen con mal pie. En juego hay un triunfo que significaría tranquilidad, volver al camino correcto y afrontar la llegada de los huesos duros de roer con un buen granero de victorias y la confianza en lo alto.