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Autismo y orientación educativa

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La mediación social como modelo vertebrador de la intervención psicopedagógica 

Son numerosos los estudios recurrentes en relación con los diferentes modelos aplicados de orientación educativa para fomentar la intervención psicopedagógica en personas con trastorno del espectro autista, entre los cuales, caben destacar, entre otros, los siguientes:

1) el modelo de asesoramiento o counseling, 
2) el modelo de consulta, 
3) el modelo de servicios, 
4) el modelo de programas, 5) el modelo de servicios por programas, 
6) el modelo tecnológico, o 
7) el modelo psicopedagógico.

Sin embargo, en la práctica, estos modelos se van agrupando entre sí, dando lugar a múltiples combinaciones, que conforman diferentes formas mixtas de intervención, de forma que, por ejemplo, una intervención iniciada como consecuencia de una demanda individual, que puede comenzar con un proceso basado en el modelo de asesoramiento, posteriormente, se incorpora como contenido englobado en un modelo de intervención por programas, el cual, a su vez, precisa poner en marcha un modelo de servicios específicos. 

Modelo educativo

Pero, más allá de estas consideraciones epistemológicas y conceptuales, en ocasiones estériles, lo verdaderamente importante, es tratar de facilitar aquellas acciones que sean efectivas y eficaces para responder a las necesidades previamente detectadas en las situaciones objetivo, las cuales, en la praxis, pueden, en efecto, incorporar aquellos aspectos particulares de cada uno de los modelos anteriores, pero éstos han de vertebrase sobre la base de un eje central constituido por un proceso mediador activo que los englobe, que está debidamente investigado y recopilado en las aportaciones de los modelos educativos de mediación social.

La incorporación de este modelo está empíricamente justificada, en relación, en primer lugar, debido a las características intrínsecas de las necesidades de dichas personas, que giran en torno a criterios componenciales de tipo social y, en segundo lugar, por la propia intervención, ya que este modelo nos sitúa dentro de una perspectiva ecológica al integrar todos los elementos necesarios para garantizar la acción educativa en el contexto natural de la intervención, a partir de los procesos paradigmáticos de la formación permanente, de manera que al hacerlo así, se responde, no solo a las necesidades inicialmente evaluadas, sino que también se anticipa la respuesta a la demanda, permitiendo, a su vez, la atención temprana, así como los procesos preventivos ante nuevas situaciones. 

Objetivos

El modelo de mediación social, que, en efecto, conforma un gran número de investigaciones en la actualidad a nivel internacional, se fundamenta en la acción orientadora, que está sistemáticamente apoyada sobre la premisa del diseño ad hoc de la formación específica, dirigida, a los grupos sociales intervinientes, concretados, entre otros, en los docentes, las familias, las instituciones sociales y/o sanitarias, así como a los propios iguales, que conforman el contexto de la práctica situacional demandada, sobre el cual intervienen directamente, y cuyos objetivos generales son: 
1) facilitar una orientación educativa y profesional específica facilitadora de la intervención, ejercida sobre el ambiente natural, vital y cotidiano de las personas con autismo, 
2) generar la formación específica de los factores que intervienen en dicho contexto situacional, con el fin de generar su especialización para permitir la intervención más adecuada, 
3) facilitar su propia autoformación y autonomía de acción ante una nueva demanda o situación, 
4) generar los procesos de anticipación, atención temprana y prevención ante nuevas situaciones, e 
5) incorporar la dimensión social como elemento central y mediador de los demás elementos psicopedagógicos en el ámbito de la intervención orientadora.

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