Opinión

Desde el dibujo

Marisa Marimón es una galerista apasionada. La emoción que siente por el dibujo, y sus sensaciones, hace que podamos contemplar una más que interesante muestra en su Galería de la Rúa Benito Vicetto, al lado del edificio de las Facultades del Campus. En ella reúne un elenco de artistas con obras entre 2008 y 2012, para ofrecer una exposición con el papel como soporte base. Es esta una apuesta suya para visibilizar ante el público ourensano un recurso tradicional tan poco estimado entre nosotros, mientras que en tantas partes de Europa hay pasión de coleccionista. Es asimismo sorprendente como en la contemporaneidad el arte oficial, en demasiadas ocasiones, haya prescindido del dibujo en connivencia con grandes museos, galerías y comisarios. Es con todo, desde la línea, un arte mayor.

Mundo de la mente expresado en el papel, desde el libro de texto, en sus márgenes, de niño y adolescente, en libros de lectura, desde las guardas, e incluso en el corte delantero de algunos antiguos y raros ejemplares..., libros iluminados e ilustrados, formas dibujadas para expresar el lleno y el vacío desde el trazo. Desde él también se escriben las cartas de marear, con dibujos, mapas marinos que son mundos. Es esencia del grabado, y asimismo base del fresco y del óleo: con ellos escribe el artista plástico. Deja huellas con el grafo y el carboncillo, mas es, casi siempre, con el lápiz, del 9H, en un extremo de dureza, al muy blando, en el 6B..., ve la luz, refleja la sombra, los claroscuros, y volúmenes, patrones de visión.

Al entrar, está la obra de Baldo Ramos, artista que desde su poética, ofrece en ‘La memoria será al final el lugar dónde encontrarse’ un elaborado formato de palabra y signo en libro abierto ‘polo corpo exhausto’, dice al comienzo, ‘debuxo por dentro as pregas dun corpo concibido/ entre os areais...’, se lee al final. Tamara Feijoo, otra ourensana, dibuja ‘Amontonar cosas es bonito’, témpera sobre papel carbón. Seara (José Luis Álvarez, 1957), pontevedrés de Arcade, extiende sus hojas, haz y envés, que dibuja con técnica mixta, color y sombra. El gran José Lourenço (1975), de Lisboa, artista visual y fotógrafo, con dibujos en tinta china, y perspectivas cinematográficas.

Luego está Salvador Cidrás, de Vigo, con dos tintas calcográficas de notables dimensiones, formas corpóreas de plata sobre papel de una carpeta titulada 24 H y 10’, más allá del informalismo en el que se le sitúa. Finalmente, Ruth Morán Méndez, de Badajoz que, línea sobre línea, forma tramas de apariencia orográfica, volúmenes sutiles con tensiones geodésicas, filamentos (título que engloba una serie) en los que perderse, enmarañada trama que es trasunto de la vida.

Son las suyas unas obras en las que muestra una visión codificada del paisaje, como un morse, lenguaje reconocible, desde la abstracción, personal y rabiosamente contemporáneo. Es así cómo, estos artistas explican desde el dibujo la realidad circundante, más allá de unos bosquejos preliminares, disciplina muy querida asimismo en el campo científico, y técnicos, cómo la arquitectura y el diseño.

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