María, retorna desde Londres a Trives: “Volver a Sobrado tiene su magia, te reciben como si nunca te hubieras ido”

Cada verano Sobrado y A Encomenda, en A Pobra de Trives, eran los lugares de veraneo de María Álvarez, que llegaba con sus padres y hermanos, para ver a su familia. Hoy vive en Londres, en donde está casada y tiene dos hijas, y aunque el tiempo es menor para poder visitar esta tierra, siente que aquí se reencontró con ella misma y la esencia de su infancia.

Pregunta.¿Cúal es la sensación al volver al pueblo de vacaciones con sus hijas?

Respuesta.A las pequeñas les encanta la libertad que tienen, los paisajes, los animalitos, ver las estrellas,…

P.¿Actúa la morriña?

R.Por supuesto, aunque ahora es más complicado. Mi marido es de Bilbao, tenemos familia en Barcelona, y visitar a todos es más difícil, pero me prometí no desconectarme de Sobrado, ni de Trives.

P.¿Cuál es su relación con las amistades de la infancia?

R.Es una lástima porque desconecté algo durante un tiempo, pero la verdad es que volver a reconectar con la gente me ha hecho muchísima ilusión. Tengo ganas de volver cada verano y ver más caras conocidas. Es una pasada cómo se retoman las conversaciones y el cariño como si no hubiera pasado el tiempo. Hay algo mágico en esos reencuentros: puedes estar años sin verte, pero cuando te sientas con un amigo de la infancia, inmediatamente recuperas esa complicidad, esas risas, como si fuera ayer.

P.¿Cómo definiría Trives?

R.¡Es una pasada! Yo vivo en el centro de Londres y salir a la calle es un estrés constante, sobre todo con una niña de 2 y otra de 5 años que lo único que quieren es correr. Por eso las vacaciones en Trives me aportan descanso, dejar de estar en tensión. También es tiempo de calidad con la familia. Levantarte por la mañana y ver las montañas te inspira y te hace conectar con lo que es de verdad importante en la vida. Es como si el ritmo frenético de la ciudad se desvaneciera y pudieras volver a respirar de verdad.

P.¿Qué recuerdos tiene muy presentes?

R.Recuerdo pasar las tardes en la piscina de Manzaneda, las pipas en el banco de la Purita, en Sobrado, y las risas. Las noches de verano hablando con la gente.

P. Lo mejor y lo peor de la comarca trivesa

R.Lo mejor: la gente, los paisajes, la comida, la tranquilidad y los sonidos que te ofrece. Hay algo especial en la calidez de las personas, en cómo te reciben, la generosidad. En esa autenticidad que ya no se encuentra en muchos sitios. Los paisajes te dejan sin palabras... El chorizo auténtico (como diría mi madre “sin químicos”).

R.Lo peor: Aún estoy temiendo las carreteras y conducir por ahí, no voy a mentir. Aunque eso hace que este lugar no esté masificado también.

P.¿Qué recomendaría de esta zona?

R.Sin duda el mirador de Cabeza Grande de Manzaneda, las vistas son espectaculares y te dan una perspectiva única de toda la zona, la Iglesia de San Salvador de Sobrado, que tiene una historia y una arquitectura impresionantes, Ponte Bibei, una joya del patrimonio que te deja sin palabras… y por supuesto, el catamarán en el Cañón del Sil en la Ribeira Sacra, una experiencia única navegar por esos paisajes de viñedos y acantilados desde abajo.