Jaime es el responsable del bar Santa Ana, que con los conciertos A Corte dos Bois acerca la cultura y la música a sus 18 habitantes desde hace seis años
En Santa Ana, un pequeño pueblo del concello de Sandiás, el bar de conciertos A Corte dos Bois acerca la cultura y la música a sus 18 habitantes desde hace seis años. Durante este mes de abril, además, el local se encuentra inmerso en la celebración de la cuarta edición de su Festival de Jazz. Su responsable es Jaime Vázquez, un topógrafo nacido en Ourense que restauró la antigua "corte dos bois" de su abuela para convertirla en su proyecto de futuro y en su medio de vida.
¿Por qué se decidió a dejar a un lado su profesión de topógrafo y dedicarse a la hostelería en el rural?
Me aburrí de vivir en Ourense y de trabajar para empresas grandes, quería ser mi propio jefe para huir un poco del estrés. Por este motivo decidí regresar al rural y juntar mis dos pasiones: mi aldea y la música. La idea siempre fue hacer una taberna y ofrecer música en directo en el pueblo, ya que era algo que no se llevaba.
¿Fue una apuesta arriesgada el hecho de emprender en el rural?
Sí, mucho. En Sandiás hay unos 1.000 habitantes pero en Santa Ana viven durante todo el año unas 18 personas. Nadie creía en el proyecto, me decían que iba a aguantar un mes o dos y al final llevamos seis años.
¿Su iniciativa hostelera le permite tener un proyecto de vida en ese entorno?
Es cierto que no me estoy haciendo rico, pero vivo bastante bien, con lo justo y necesario.
¿Cuál es el perfil de cliente en A Corte dos Bois?
A diario es la gente del entorno que viene a tomar sus vinitos después de trabajar. En el fin de semana ya se acerca gente de otros lados, de la capital, personas que son de Sandiás pero viven fuera y también del país vecino, Portugal. Vienen muchos niños incluso, si los conciertos los hacemos temprano, y gente mayor. Hay de todo.
¿Cuál es el objetivo de organizar eventos como esta cuarta edición del Ciclo de Jazz?
El objetivo es ayudar a dinamizar la actividad de A Corte. Empezamos con conciertos de música tradicional gallega y ahora hemos dado un cambio a otro tipo de estilos menos convencionales en el entorno rural como es el jazz, que es algo que predomina en A Corte. La gente está respondiendo, de hecho, en los últimos meses se ha formado un club de este estilo musical.
¿Qué novedades presenta este año con respecto al anterior?
La novedad es que este año tenemos un concierto más que el pasado y todos los grupos son gallegos. Empezamos con Alfonso Medela Trío el pasado 31 de marzo. En dos días, este sábado, vendrá Alfredo García Quintet y después habrá un parón. Retomaremos el ciclo el día 21 de abril con Apple Three y JAP4 lo cerrará el sábado 28 de abril, esperamos una gran afluencia.
¿Es importante mantener este tipo de eventos para que el local pueda mantenerse en un entorno rural?
Sí, prácticamente hacemos conciertos todas las semanas. No hacemos más para no saturar, es un pueblo muy pequeño y así garantizamos que estén siempre llenos.
¿Animarías a otras personas con ideas similares a seguir tu camino?
Claro. Si tienen una casa en ruinas en el pueblo de sus padres, y se aburren en la ciudad, como me pasó a mí, pues que se vengan al pueblo y monten un bar de conciertos o uno normal. Lo importante es hacer proyectos en el rural y que no se muera, ese era mi objetivo fundamental.
¿De qué forma animaría a la gente a que asistiera a conciertos de jazz si no son seguidores de ese estilo?
Tendrían que verlo en directo porque además de escuchar música verán un espectáculo y el virtuosismo de unos músicos que hacen sentir las melodías de manera diferente.
