Anomalías en el ’Camiño dos Arrieiros’

El motivo de esta carta es el poner en conocimiento las ’anomalías’ que se pueden observar y comprobar en los trabajos de recuperación del llamado ’Camiño dos Arrieiros’, que con un presupuesto de 920.000 euros las autoridades han destinado a este fin. Este Camiño discurre en buena parte por una calzada que desde tiempos remotos iba desde la Esperela en Gomariz, por Varón y Sagra hasta Cavadoso, ’O Castillo’, en la parroquia de Moldes, donde se celebraba una importante feria a principios del siglo pasado.
Hay noticias de que se cobraba portazgo (peaje) ya en el año 1401 en esta calzada por ser el único lugar de acceso en este margen de los ríos Avia y Arenteiro, por no existir todavía los puentes de la Esperela ni de los Pazos de Arenteiro. Esta calzada discurre en la parroquia de Varón por la orilla del río y está empedrada y deteriorada por las riadas de diciembre del año 2000 y enero de 2001 que derrumbó varios trozos del muro del camino hacia el río.

Hará unos dos o tres años el Concello de Carballiño adquirió una casa ruinosa para con su piedra arreglar los muros del camino hacia el río. La piedra se la llevaron no se sabe a dónde y los muros quedaron sin arreglar. Comenzaron esta obra de ’restauración’ hacia el mes de febrero del pasado año y obreros provistos de máquinas iniciaron en Fonteantigua el enterramiento con tierra y grijo de las piedras centenarias de la calzada hasta la fuente (unos 60 metros más o menos). A partir de la fuente comenzaron a levantar el empedrado y colocarlas bien, elevando el nivel del suelo para evitar que las crecidas del río inunden el camino, así hasta el puente medieval que da acceso al pazo Lodeiro.

Este tramo, cuyos trabajos han durado ocho meses ha quedado bien, pero de pronto ha sucedido algo que no acabo de comprender, les ha entrado una prisa feroz por acabar y, olvidándose de hacer el trabajo bien y de que es una calzada empedrada y de muros derrumbados, en pocos días se han dedicado a seguir enterrando el resto del primitivo empedrado sin arreglar los muros, quedando en algún lugar lo que era camino de carro, ahora con sólo 50 centímetros de ancho.

De este modo lo que parecía iba a ser una buena restauración, al menos desde la fuente al Lodairo así lo fue, a partir de aquí hasta el Campo es la mayor chapuza que uno pueda imaginarse y se está desperdiciando el dinero y arruinando lo que ha sido una calzada medieval o más antigua.

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