LOS BOLARDOS DEL CASCO histórico de ourense

Que la idea de implantación de bolardos para regular el tráfico de entrada de vehículos al Casco Histórico de Ourense era descabellada, no cabía duda desde el momento de su puesta en funcionamiento, ya que desde aquel instante el sistema tenía el tiempo contado. Sólo era cuestión de meses para llegar los señores del Concello a la conclusión de su retirada. Eso sí, lo van hacer pensando ya en otras trabas más sofisticadas, cómodas y efectivas para sancionar a los infractores desde el despacho.
Que iban a generar daños a vehículos, no tendrían que ser demasiado listos para darse cuenta. Y ahora parece que se les incorpora unas señales acústicas y luminosas a los pirulos cilíndricos para avisar a los conductores cuando emergen del suelo. Es decir, más gastos sobre lo gastado en su instalación, y que supone una inversión sin futuro.

Se dice que la puesta en marcha de esta nueva tecnología dependerá de la situación económica municipal. Ya podían haberlo tenido en cuenta cuando idearon este invento antipático desde todos los puntos de vista, y que sólo sirve para numerosas reclamaciones por daños en los vehículos.

A todos los ciudadanos nos hubiera gustado que ahora que quieren deshacer el entuerto nos dijeran con honradez que se habían equivocado, y la pasta que se habían gastado en la instalación del bodrio. Pero eso seguramente no lo van a hacer, a pesar de que los ourensanos nos imaginamos las cifras de la factura.

Se gastan el dinero en estos temas antes de incrementar el número de efectivos policiales en las calles, muy necesarios por mil razones, entre ellas la propia seguridad ciudadana, cada vez más deteriorada.

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