'EL QUE NO INVENTA NO VIVE'

Ana María Matute recibe de manos de los Reyes el Premio Cervantes y a mí, estudiante de 17 años, una de las cosas que más me llamaron la atención de las declaraciones previas de la escritora fue: 'Con El Quijote lloré por primera vez leyendo un libro'.
Lágrimas de una joven que se convertiría en una mujer valiente, emprendedora, que siempre ha reivindicado la felicidad, amante de la literatura, y en concreto del cuento, por encima de todo, que utiliza la ficción como territorio de salvación frente a etapas como la de la Guerra Civil que ella vivió con tan solo 11 años y donde asegura conoció 'el terror y el odio'. Una mujer que con este galardón años más tarde ha recibido el reconocimiento a su larga trayectoria como escritora. Una de las cuales a través de sus obras ha hecho una denuncia ante la dura realidad, a veces invisible a la sociedad pero que ha de ser conocida.

Por otro lado, otro aspecto que quiero destacar es que Ana María es mujer y por ello, como muchas otras a lo largo de la historia, no ha tenido fácil llegar hasta donde está ahora. Por ello, bajo mi punto de vista, se merece un doble reconocimiento. Asimismo es admirable y enternecedor ver a una mujer de 84 años que ha pasado tantas cosas en la vida, en su silla de ruedas, recibiendo el máximo galardón de las letras hispanas y comprobar que sigue estando nerviosa y emocionada, llegando incluso a derramar alguna lágrima, el ver los frutos de su esfuerzo. En cierto modo es aquí cuando yo siento que ahora nosotros debemos tomar el relevo, y que cosas como esta nos deben servir como motivación.

Para concluir, quiero hacer hincapié en lo que Matute sentenció en su discurso: 'El que no inventa no vive'. Así pues creo que nosotros los jóvenes tenemos un importante papel en esto de inventar, de luchar por nuestros sueños, de enriquecernos de lo bello e instructivo de la literatura, que a lo largo de tantos siglos ha servido como móvil para transmitir y transformar tantas cosas.

Te puede interesar
Más en Cartas al director