no te olvido

¡Mi vida!: Hoy hace tres años que nos dejaste, tres años en los que la angustia no me deja.
Siento tal vacío que nada lo llena. Nunca antes nos habíamos separado, hasta que llegó esa enfermedad a nuestras vidas sin avisar, y cuando nos dio su aviso ya era muy tarde y te apartó de mí. No fuiste el marido ideal ni perfecto, pero para mí siempre has sido el mejor con todos tus defectillos. En el fondo agradezco a Dios que no hayas sido tú el que pasara por este sufrimiento de no tenerme, tú eras muy aprensivo y no serías capaz de llenar este horrible vacío. Me siento mal y desamparada, pero cuando voy a nuestra habitación te siento ahí tan cerca y tan lejos a la vez. Cada año por tu aniversario te escribo (este año las niñas no querían, me decían que no podía ser, que ya estaba bien), pero ¿sabes qué?, lo hago esperando que tú, desde donde estés, puedas verlas, por eso me gusta escribirte. Lo único que me reconforta es que no te olvidamos, te recordamos todos y cada uno de nosotros, y yo te quiero como el primer día, mi vida.

HASTA LUEGO, MI AMOR.

Te puede interesar
Más en Cartas al director