n n nSi me permiten la licencia tenía que acontecer así. Muy juntos Enrique Reza y Manolo Rey que en vida compartieron tantos momentos inolvidables. ¡En qué pocos días nos dejaron los dos! Reza le habrá hecho la mejor fotografía a su llegada al lugar de la paz. Tenía que ser así. Perdemos a dos amigos entrañables, dos profesionales sin horario, dos periodistas verdaderos notarios de la realidad ourensana en el siglo XX. Geniales ambos y muy queridos por cuantos tuvimos la dicha de compartir con ellos muchas horas de la historia de la ciudad y provincia.
Es y será muy difícil encontrar un cronista de sucesos de la talla de Manolo Rey. Sabía ponerle el toque personal y, por encima, investigaba de una manera irrepetible.
Algo decía Lalo al comunicarnos su fallecimiento. Reos que llegaron a confundirlo con un inspector o un miembro de la judicatura.
Hay una anécdota que le define. Se trataba de averiguar sobre un delito que se guardaba muy en secreto en las dependencias policiales. Manolo se sentó en la audiencia en la espera de la declaración, justo al lado del sospechoso y le empezó a hacer preguntas hasta que, llegado un momento, aquel que estaba esperando para declarar, un tanto sorprendido, le pregunta a Rey. '¿E vostede, señor, quen é?'. Manolo sin dudarlo le respondió: 'Aquí quen pregunta son eu'. Y siguió 'su' investigación mientras el otro le tomó respeto y siguió soltando información que al día siguiente salía en La Región ante la perplejidad policial... Llegaba a indagar y saber más cosas que la policía, que guardaba con secreto sagrado.
Hacía un periodismo muy suyo, de provincia y con gran chispa y lujo de detalles, con un estilo muy personal. Amaba y servía a la profesión con esmero y sumo interés y, además, otra virtud muy propia, sabía guardar el sumo secreto sobre sus informadores. En una ocasión me dijo que él era como un confesor. Se va a la tumba con tantos y tantos secretos del entramado social de esta provincia.
Nuevamente vuelvo a insistir en la necesidad de escribir sobre los personajes de esta casa que tanto han contribuido a la marcha de la ciudad y provincia.
Mi gran pesar y condolencias a su familia que, por parte de su esposa, algo me toca a la mía. Descansen en paz Reza y Rey que tras vivir muy de cerca el periodismo aquí en la tierra, en pocos días se reúnen nuevamente y para siempre.
Algo decía Lalo al comunicarnos su fallecimiento. Reos que llegaron a confundirlo con un inspector o un miembro de la judicatura.
Hay una anécdota que le define. Se trataba de averiguar sobre un delito que se guardaba muy en secreto en las dependencias policiales. Manolo se sentó en la audiencia en la espera de la declaración, justo al lado del sospechoso y le empezó a hacer preguntas hasta que, llegado un momento, aquel que estaba esperando para declarar, un tanto sorprendido, le pregunta a Rey. '¿E vostede, señor, quen é?'. Manolo sin dudarlo le respondió: 'Aquí quen pregunta son eu'. Y siguió 'su' investigación mientras el otro le tomó respeto y siguió soltando información que al día siguiente salía en La Región ante la perplejidad policial... Llegaba a indagar y saber más cosas que la policía, que guardaba con secreto sagrado.
Hacía un periodismo muy suyo, de provincia y con gran chispa y lujo de detalles, con un estilo muy personal. Amaba y servía a la profesión con esmero y sumo interés y, además, otra virtud muy propia, sabía guardar el sumo secreto sobre sus informadores. En una ocasión me dijo que él era como un confesor. Se va a la tumba con tantos y tantos secretos del entramado social de esta provincia.
Nuevamente vuelvo a insistir en la necesidad de escribir sobre los personajes de esta casa que tanto han contribuido a la marcha de la ciudad y provincia.
Mi gran pesar y condolencias a su familia que, por parte de su esposa, algo me toca a la mía. Descansen en paz Reza y Rey que tras vivir muy de cerca el periodismo aquí en la tierra, en pocos días se reúnen nuevamente y para siempre.
