El consistorio de Cartelle, en Outomuro, albergó la visita de la alcaldesa mozambicana y presidenta de la Red Africana de Mujeres Autarcas y de la Red Mozambicana de Mujeres Autarcas
El consistorio de Cartelle, en Outomuro, albergó ayer la visita de la alcaldesa mozambicana y presidenta de la Red Africana de Mujeres Autarcas y de la Red Mozambicana de Mujeres Autarcas, María Helena Correia. El Fondo Galego de Cooperación e Solidaridade, coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres, organizó diferentes encuentros de Correia con alcaldesas gallegas, incluida la ourensana Carmen Leyte.
¿Cuál es el objetivo de esta visita?
Conocer el municipio de Cartelle en el ámbito de trabajo que estamos haciendo en la Red Mozambicana de Mujeres Autarcas y el Fondo Galego. Estamos trabajando en fortalecer la red a través de una captación de mujeres, el intercambio de experiencia entre las mujeres alcaldesas de Mozambique y miembros de los órganos municipales y, en este sentido, queríamos cursar una invitación a concejalas y alcaldesas gallegas para que participen en encuentro (workshop) que celebraremos en el país en septiembre.
¿Cómo está siendo la experiencia?
Muy positiva, es un placer estar aquí. Todas somos mujeres liderando municipios y queríamos saber cuáles son los desafíos de las alcaldesas gallegas, analizar si lo que vivimos nosotras en Mozambique se reproduce también aquí y, en conjunto, buscar una estrategia de colaboración para el desarrollo de nuestras comunidades.
¿Cuáles son sus reivindicaciones?
Lograr una mayor inserción de la mujer y un mayor convencimiento de toda la comunidad para que más mujeres ocupen puestos de dirección.
¿Qué grado de inserción tiene la mujer africana en política?
En este momento la red mozambicana consta de 53 municipios, de los cuales solo cinco tienen alcaldesas. Pero, por lo que estoy viendo, los datos en Galicia son similares.
¿A qué cree que se debe esa baja participación?
Igual que aquí, la mujer sigue teniendo el peso de la familia y dar el salto a la política, significa que una deja de tener vida familiar, estas siempre en la vida pública, con lo que ello acarrea: reuniones a horas intempestivas, actos los fines de semana,... Si analizamos la participación de la mujer, siempre está en niveles bajos, pero la mayor parte de la población somos mujeres. Creo que el reparto no está muy bien diseñado y es importante revertir esa situación. Pero no solo con palabras, hay que revertir esta situación con actos y la mejor manera es que nosotras, que ya estamos en puestos de liderazgo, ejerzamos esa influencia y esa competencia para que personas de otros municipios sean conscientes de nuestras capacidades y éxitos en la gestión de los municipios.
¿Y cómo se consigue?
Es preciso que nos preparemos, que nos capacitemos, que tengamos una estrategia común para buscar soluciones a los problemas de nuestros municipios y, automáticamente, se dará la inserción de la mujer.
