La Copa del Rey, ese anillo en el dedo para el Arenteiro

Logroñés el curso pasado, Federación y Almería éste, el Arenteiro sale victorioso allí cuando no hay marcha atrás

No llega a la denominación de rey de copas como en su día lo fue el Athletic de Bilbao, pero tanto la temporada pasada como ésta dejan claro que el Arenteiro se desenvuelve más que bien en los momentos en los que no hay marcha atrás. El curso pasado se cerró en la prórroga contra el Valencia -un buen puñado de los futbolistas levantinos que jugaron en Espiñedo han estado recientemente en Catar- después de haber dejado en la cuneta al Logroñés, una temporada saldada en la liga con una permanencia sin agobios pese a la condición de recién ascendido.

Un camino largo para llegar a la Copa del Rey

La 22-23 comenzó con el conjunto carballiñés inmerso en la Copa Federación. La ganó en Alzira y la ofreció contra el Almería. Para llegar hasta ahí, los ourensanos dominaron la fase gallega después de quitarse del medio al Rápido de Bouzas en los penaltis, en el Baltasar Pujales de Vigo; al Estradense, en la localidad pontevedresa, 0-1 gracias a un gol de Pibe muy a última hora; y al Compostela en Portonovo, en la final, 2-1 gracias a los goles de Joseca y Manín.

Esperaban unas cuantas curvas más, es verdad que excepto en la final siempre como local. Ya en la fase nacional, el primer rival fueron los cántabros del Naval, visita resuelta en la prórroga. Markitos firmó un doblete y Manín hizo el tercero. El Zamora del gallego Yago Iglesias esperaba tras la esquina, el 5 de octubre. También sucumbió, 2-1. Manín y Germán dejaron en insuficiente el gol con el que Marc Caballé había igualado aún en la primera parte.

Y si acaba el sueño de la Copa se seguirá manteniendo muy vivo el de la liga, con el Arenteiro liderando el grupo de la Segunda RFEF. 

Un equipo con un nombre de lo más pintoresco, el Panadería Pulido, canario, fue presa relativamente sencilla en semifinales. Markitos encarriló pronto y Manín y Antón Escobar se encargaron de sentenciar. En la final. Ahí sí que hubo que viajar, una docena de horas hasta la localidad valenciana de Alzira. 0-2, en la prórroga, con los goles de Rafa Mella y Pibe. Campeones. 

De nuevo en la Copa, un año después. Poco que no se sepa. Era seguro que sería un Primera división, un pequeño bajón al conocer que el rival sería el Almería. Todo lo contrario, 2-0 ante la mirada atónica de Rubi y un nuevo capítulo en un sueño que debe continuar. El bombo sí quiso premiar con algo gordo esta vez, el Atlético. No es el Pontevedra pero para eliminar al Arenteiro los rojiblancos tendrán que roelo. 

Y si acaba el sueño de la Copa el que continuará muy vivo es el de la liga, con el equipo ahora de Javi Rey liderando su grupo en la Segunda RFEF. Es lo que tiene no perder y ganar mucho, que te disparas en la tabla. Contra el Zamora despidieron el año los carballiñeses, sencillamente intratables.

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