El lunes, como otros muchos días de semana y de cada temporada, estaban en casa de Javi Rey hablando de fútbol y de vez en cuando, también de fútbol. “Somos amigos, eso por encima de todo. Los dos llevamos mucho detrás, muchos años trabajando muy duro para intentar conseguirlo algo. Hemos compartido muchos momentos buenos, pero sobre todo hemos estado ahí viviendo muchos momentos malos”. Habla de Fran Justo. Con quién compartía café el lunes, amistad de siempre y desde el martes relevo en el banquillo del Arenteiro.
“Le ha llegado la oportunidad de entrenar en el fútbol profesional y no hace falta que diga lo contento que estoy por él. Le deseo toda la suerte del mundo”, asegura Rey rascándole 15 minutos a una llamada telefónica que iba a ser de cinco porque 24 horas le son pocas para afrontar el reto en el que se ha enfrascado.
Una vez que se aleja el ruido que ha generado la marcha de Fran Justo al CD Lugo, el nombre de Javi Rey asume mucho más protagonismo. Ayer por la mañana dirigió su primer entrenamiento en A Uceira, y lo hizo con ojeras: “No dormí nada. Ni yo ni creo que mi ayudante (Luis Vilachá). Llegamos hoy (por ayer) y en 48 horas estamos jugando un partido en Burgos. Estuvimos viendo videos de partidos, rivales, hay que preparar entrenamientos… Es todo muy rápido y el día no da para todo”. Presentación a los jugadores, charla de grupo y trabajo táctico. Tres platos para el primer menú de Javi Rey en Carballiño.
Desde fuera suena cansino, pero para un enamorado de su trabajo y del fútbol en general la dificultad es menor. El reloj parece más enemigo que la carga de trabajo. “Lo que hemos vividos nosotros en estos dos últimos días ha sido de locos, no me quiero ni imaginar lo que estará viviendo Fran en Lugo. Hoy por la mañana hemos hablado tres minutos de reloj y nada más”. Increíble la historia que podrán contar cuando vuelvan a bajar la revoluciones de lo que están viviendo: “La verdad es como si fuese un cuento. Es algo muy bonito que nos pase estos a los dos y de esta forma”.
Y es que para Javi Rey también le ha llegado un tren que no podía dejar pasar, aunque tuviese que saltar en marcha. “Es atípico que tengas la posibilidad de entrenar a un equipo que va de líder. Lo normal es que te ofrezcan un equipo en mala dinámica, con problemas”. La única vez que aceptó entrenar a mitad de temporada fue algo así: “Me llamaron del Céltiga, que acaba de perder 0-8 la última jornada y que iba de último”.
Reto nuevo
Ahora entrena a un Arenteiro que solo se parece a aquello en que viene perder, pero nada más. Asume el reto de mantener un listón que está altísimo: “La temporada que está haciendo este equipo es algo excepcional. No se le puede poner otra nota que no sea un 10. En Liga, en Copa… un equipo que gana y que juega bien”.
Su discurso no puede ser más sincero y a la vez lógico: “No puedo ser imbécil y cambiar lo que funciona. Ya he hablado con los jugadores y les he dicho que vamos a tener una línea totalmente continuista. Hay que seguir paso a paso por esta línea porque está funcionando”.
Y también ahí tendrá ayuda extra. La amistad con Fran Justo se prolonga a otros miembros del cuerpo técnico que siguen en el organigrama del Arenteiro: “He estado muchos años viajando a Arzúa, al Barco, a la Illa de Arousa y ahora voy a estar al lado de mi casa, con una villa que conozco mucho, una directiva que conozco y con un cuerpo técnico que son amigos”.
Mañana arranca el Arenteiro de Javi Rey. El líder de la liga y el que jugará contra el Atlético de Madrid en la Copa del Rey, aunque de esa historia, aunque parezca increíble, casi ni se acordaba.
