SAN MARTIÑO 2021

Olga gana la carrera

Olga Prado, junto a su marido, Jesús González, y unos cuantos perros.
photo_camera Olga Prado, junto a su marido, Jesús González, y unos cuantos perros.
La deportista ourensana, que padece ELA, partirá desde una silla de ruedas para visibilizar la enfermedad

Ni Joselyn Brea ni Alejandro Fernández. Tampoco Kalkidan Gezahegne, por mucha plata olímpica y récord del mundo que tenga. La San Martiño 2021 la va a ganar Olga Prado, afectada por Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa sin cura que la diagnosticaron en octubre de 2019. La carrera la va a hacer sobre una silla de ruedas (ya tiene su dorsal) en un circuito previamente adaptado para ella. 

Profundamente creyente y deportista, Prado, que ya superó un cáncer, remarca con un hilo de voz cada vez menos audible que “la gente debe saber que le puede tocar a cualquiera, somos pocos pero estamos ahí. Necesitamos visibilidad, por favor, que se pongan a investigar esta enfermedad porque nosotros también somos personas”.

Jesús González, cerca de cuarenta años de matrimonio, remarca sobre Olga que “cuando se lo diagnosticaron hace dos años realmente no sabías qué era esta enfermedad. Cuando te lo dicen, te metes en internet… Y la verdad es que es un mazazo. Una mujer deportista, ahora que empezábamos a disfrutar la vida… Sufres, sufres muchísimo”, relata.

“El tiempo pasa enseguida, dos años son como dos meses. El tiempo te va comiendo, primero las muletas, después la silla, luego dejar de andar. Es muy duro. Yo he sido profesor de personas con deficiencias y quieras que no tengo una cierta cultura para este tipo de cosas, tengo como una costra. Olga ya habla muy poco”, subraya.

¿Cuántas veces se han preguntado por qué a mí? “Yo nunca, y me consta que Olga tampoco, ella es muy creyente, yo algo menos. Dice que estamos aquí para lo que Dios quiera. Esto es como una tómbola, unos días le toca a uno y otros a otro. Ella lo que quiere por encima de todo es visibilizar lo que es la enfermedad, ahí tenemos el caso de Unzué (exfutbolista), que estuvo el otro día arropado por Guardiola. Olga es muy luchadora, solo que ya no tiene muchas fuerzas”.

¿Qué supone para Olga ser una más en la carrera? Se echa a llorar. Tercia Jesús. “Desde hace un mes ya habla muy poco, solo quiere que la gente sepa lo que es esta enfermedad. Olga no lo hace por ella, muchos enfermos se esconden, ella es al revés, se pone en primera fila”.

“Olga sabe que tiene un final, yo voy aguantando, pero es complicado. Con el trabajo me aireaba algo, pero me jubilé hace un año. Es difícil, ella cada día va a menos. Tenemos un piso en Cangas al que íbamos los fines de semana y ya hace un mes que no vamos. Hay que llevarlo”, finaliza.

Andrea González Prado, 29 años, es la única hija del matrimonio. “Yo sí me he preguntado por qué a mi madre, ¿se merecía una enfermedad así? Sobre todo al principio, luego dejas de preguntártelo. Era deportista, nadie se cuidaba más que ella… Por supuesto que hay un antes y un después en mi vida, cambié de trabajo, de ciudad. Antes, mi vida era en Vigo, ahora es en Ourense, en casa casi todo el tiempo, haciendo turnos con mi padre, sobre todo los fines de semana, para no volvernos locos, pendientes que no se atragante...”.

“Mi madre era el pilar de la familia, está encerrada en su propio cuerpo, es igual de capaz que antes pero ya no se puede mover, apenas puede sonreír”, relata Andrea, feliz ante la idea de ver a su madre el domingo “en su carrera, le encanta”, termina.

Te puede interesar