Sueños de Olimpia

'Mo' Stokes: la suerte de tener un buen amigo

Maurice Stokes y Jack Twyman, unidos por el baloncesto y una amistad inquebrantable.
photo_camera Maurice Stokes y Jack Twyman, unidos por el baloncesto y una amistad inquebrantable.

Vivimos en una sociedad egocéntrica, cuyo nivel de superficialidad alcanza en muchos casos la estupidez.

Hoy rescatamos una historia real, sucedida en el ámbito del deporte hace unas décadas si bien plenamente vigente, ya que nos enseña el valor de la amistad y el compañerismo.

Maurice Stokes y Jack Twyman jugaban en el Cincinatti Royals, club de liga profesional de baloncesto estadounidense (NBA) en 1958. Twyman, de raza blanca, era un extraordinario tirador; Stokes, de raza negra, un jugador total, que algunos describen como "el adelanto de Magic Johnson". Llamado a dominar la liga.

La vida era alegre e ilusionante para ambos hasta el 12 de marzo de 1958. Una caída sobre la cabeza de 'Mo' Stokes durante un partido terminó postrándole en una cama. De ser una estrella deportiva emergente y un excelente atleta, Stokes pasó a ser un muñeco inmóvil. Apenas podía pestañear.

El club, en un acto repugnante, despidió al jugador. Sin sueldo, sin cobertura por lesión, con enormes gastos médicos que afrontar y sin posibilidad de ser trasladado a su domicilio paterno por su estado de salud, estaba condenado a un final cruel.

Por suerte, Stokes tenía un amigo. Una persona con un corazón tan grande como el suyo, una amistad por encima de colores en una época de segregacionismo. En los estados del sur, los jugadores negros y blancos no podían compartir mesa o habitación.

Jack Twyman decidió luchar a su lado contra la injusticia y la enfermedad. Asumió su tutela médica y económica. Se propuso reivindicar frente a la NBA y la sociedad, la dignidad de su amigo y los derechos de los deportistas profesionales. Todo un desafío.


Twyman, o el comienzo del sindicato NBA

Stokes, durante un partido homenaje, acompañado por Twyman y Wilt Chamberlain.
Stokes, durante un partido homenaje, acompañado por Twyman y Wilt Chamberlain.

La buena voluntad de Twyman pronto se topó con la realidad. La rehabilitación de Stokes era buena, pero superaba los 100.000 dólares anuales y consumía los pocos recursos de ambos. Jack además, tenía mujer e hijos.

Necesitaba dinero y lo obtuvo por dos vías. Interpuso una demanda contra el estado de Ohio y logró una compensación económica para Stokes. Su trabajo como agente de seguros -entonces era habitual el pluriempleo- facilitaron el veredicto favorable.

Movilizó a los jugadores de la liga y organizó un partido anual benéfico, cuya recaudación cubría de sobra el tratamiento. La respuesta fue magnífica, y el gérmen de futuras reivindicaciones laborales.

Hoy los jugadores de la NBA reciben casi el 60% de los beneficios de la liga y cuentan con planes de jubilación y seguros a todo riesgo. Antes era impensable. La tragedia de Stokes les hizo reflexionar y exigir unos derechos básicos.

Por su parte, Stokes se aplicó en su rehabilitación con todas sus fuerzas. Logró recuperar el habla, escribir a máquina y caminar durante minutos. Su ejemplo y actitud infundió tal respeto que sus excompañeros y rivales pasaban a visitarle cuando tocaba jugar en Cincinatti. Estrellas como Chamberlain, Russell o Robertson profesaron devoción por 'Big Mo'.

Stokes y Twyman fueron uña y carne hasta que un infartó fulminó al primero, en 1970. El tratamiento prolongó 12 años su vida.

Twyman rindió a gran nivel durante su carrera deportiva y amplió la cobertura benéfica a otros lesionados. Una leucemia terminó con su vida en 2012. En honor a ambos, la NBA instauró un premio anual al compañerismo.

Twyman y Stokes, la verdadera amistad es un vínculo inquebrantable.

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