La séptima Sevilla League se decidió a los penaltis

Victoria del Sevilla. JULIO MUÑOZ
photo_camera Victoria del Sevilla. JULIO MUÑOZ
El equipo hispalense derrotó a la Roma y sigue haciendo pleno cada vez que ha llegado a la final de un torneo que le da billete para la Liga de Campeones

El Sevilla conquistó de nuevo la gloria al ganar su séptima Copa de la UEFA/Liga Europa en su final ante el Roma de José Mourinho en la tanda de penaltis (4-1), después de que el partido y la prórroga acabaran con 1-1, y agranda así su leyenda en su torneo fetiche con un último penalti marcado por el argentino Gonzalo Montiel y con suspense, pues, tras fallar primero, tuvo que repetirlo por haberse adelantado el luso Rui Patricio.

La final comenzó con ambos conjuntos midiéndose y un juego muy espeso, pero con un puntito más de intensidad por parte del Roma, sobre todo a la hora de ganar duelos individuales o rechaces, ante un Sevilla lento y que en los comienzos no se sintió cómodo ante la apuesta física del cuadro italiano, que, además, buscó salir rápido al ataque.

Los sevillistas, sin embargo, no tenían fútbol ni ideas para superar al bien armado equipo “giallorosso”, con un gran esquema táctico y de control, impecable en acciones defensivas y que, en algunos de los muchos balones que robó al medio campo rival, supo irse arriba, como en una internada de Abraham cuyo centro se quedó en nada en el minuto 6.

El Roma pudo adelantarse a los 11 minutos con una gran volea dentro del área, a pase de Çelic, en la que Bono salvó el gol con una buena parada, aunque el equipo español siguió sin claridad, vulnerable, perdiendo balones y sin fabricar ni una ocasión clara, lo que aprovecharon los italianos en una de sus llegadas para que Dybala, con un tiro cruzado tras un pase al hueco de Mancini, hiciera el 0-1 a los 35 minutos y desatara el delirio entre los romanistas.

El Sevilla reclamó falta previa de Cristante sobre Rakitic, pero sin éxito, y aunque mejoró a base de coraje antes del descanso, tampoco se le vio fino. Fernando tuvo una gran opción en un córner, pero remató alto con el pecho en el 43, y la más nítida fue en el sexto de los siete minutos de añadido, si bien Rakitic estrelló un zurdazo desde lejos en el poste izquierdo de la meta de Rui Patricio.

En la reanudación, ya con el argentino Erik Lamela y Suso Fernández por Óliver y Bryan para refrescar el ataque, el equipo de Mendilibar salió con fuerza, enrabietado, dejó claro que no se iba a rendir y encerró atrás al Roma, un conjunto que juega muy cómodo en estas situaciones y que, con ventaja en el marcador, acrecentó aún más su fútbol-control.

Sin embargo, a los capitalinos no les salió bien esta apuesta porque los sevillistas empezaron a llegar más a su área y, con buenas combinaciones de Suso, Ocampos o Navas, lograron meterle una velocidad más a su juego que le dio sus frutos en una acción afortunada para el Sevilla, pues empató 1-1 en el 55 con un gol en propia meta de Mancini, que desvió con la pierna un centro muy tensado de Navas desde la derecha.

Aunque fueron los sevillistas los que llevaron algo más la iniciativa, el Roma reaccionó a este duro golpe y replicó a los 67 minutos, cuando al saque de una falta hubo un barullo en el área que remató Abraham, pero Bono salvó casi en la línea de gol y luego el ítalo-brasileño Roger Ibañez tiró desviado.

Ibañez volvió a ser protagonista en el 75, pues el inglés Taylor pitó penalti por una entrada suya sobre Ocampos en el área, pero, tras avisarle el VAR y ver la jugada en la pantalla a pie de campo, se desdijo de su decisión. También hubo polémica en el otro área, pues el Roma reclamó penalti por mano de Fernando que el árbitro no consideró punible.

Ya casi al final, Andrea Belotti, que había entrado antes por Abraham, remató con la punta de la bota, solo ante Bono, pero el marroquí evitó el gol desviando ligeramente el balón con su manopla, lo que dio paso, sin embargo, a dos buenas ocasiones del Sevilla para haber movido el marcador, un cabezazo de En-Nesyri fuera y, sobre todo, un gran tiro de Suso que salvó Rui Patricio. El rechace le llegó a Fernando, pero remató fuera y la final se fue a la prórroga.

En ella, los dos equipos salieron con muchas precauciones y temerosos para no cometer errores que le pusieran ya muy cuesta arriba la final. Así, siguió la lucha de titanes entre Sevilla y Roma, lo dieron todo sobre el campo, pero ninguno arriesgó en exceso para evitar un desaguisado ya casi imposible de reparar.

El central inglés Chris Smalling, no obstante, dio un gran susto al conjunto español al cabecear un córner que dio en la parte superior del larguero en el minuto 131, pero, al final, todo se decidió en los penaltis.

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