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Las ramarias, una especie de seta de difícil identificación

Ejemplar joven del género Ramaria.
photo_camera Ejemplar joven del género Ramaria.// JONAY QUINTANA CABRERA

El género ramaria comprende alrededor de dos cientas especies identificables por producir setas que parecen ramas o formaciones de coral. En inglés se las conoce como “Coral-fungi”, una denominación que designa muy bien su aspecto físico. En español se conocen comúnmente como “pie de rata”.

Existen algunas especies de este género que son comestibles, como la Ramaria botrytis, que se considera, gastronómicamente hablando, la mejor. Otras, como la Ramaria aurea, deben de comerse con mucha prudencia, ya que, dependiendo de la cantidad que se ingiera, puede llegar a producir trastornos gástricos.

Hay que tener en cuenta que todas las especies del género Ramaria son purgantes en mayor o en menor grado, por ese motivo, algunos especialistas las consideran a todas como no comestibles. La Ramaria stricta, por ejemplo, tiene un sabor tan amargo que no es plato de buen gusto.

Si hablamos de toxicidad, debemos ser especialmente prudentes con la Ramaria formosa, que resulta especialmente tóxica, aunque, como su propio nombre indica, es una especie de aspecto hermoso, con una coloración salmón en los extremos y un color limón cuando es joven. A medida que va madurando, su color se torna en un tono ocre. Crece desde mediados de primavera a mediados de otoño en bosques habitados por robes y hayas.

La Ramaria botrytis es una de las especies comestibles, algunos la considerían como recomendable. Su sabor ha sido descrito como “ligero”, o “afrutado”​ y ha sido comparado con el sabor del chucrut, cacahuetes verdes o las vainas de guisantes. Los basidiocarpos maduros desarrollan un sabor ácido. Se vende en mercados de alimentos ​ y se cosecha en su estado silvestre en muchos países, como Corea del Sur y Nepal. ​La base gruesa y las ramas principales requieren más tiempo de cocción que las ramificaciones más pequeñas. ​ En la región de Garfagnana, del centro de Italia, el hongo es guisado o encurtido en aceite. ​Los basidiocarpos pueden ser preservados al cortarlos finamente y desecados. ​

Una guía de campo ha clasificado la comestibilidad como “cuestionable”, advirtiendo del posible peligro de confundirlo con especímenes de la venenosa Ramaria formosa.​ Otros autores advierten que algunas personas pueden experimentar efectos laxantes al consumir el hongo. Se aconseja tener precaución al recoger cuerpos frutales cerca de áreas contaminadas, ya que esta especie es conocida por la bioacumulación de arsénico tóxico.

La Ramaria aurea o pie de rata amarillo es otra de las variedades indicadas como “comestibles”, pero se debe tener muchas precauciones. Debe ser cocida siempre que sea joven y eliminando las ramificaciones. Tampoco puede estar podrida ni llena de agua. Estas recomendaciones se pueden aplicar también a la Ramaria botrytis y a la Ramaria flava.

La Ramaria flava es un hongo comestible originario de la zona sur de Chile. Crece en el interior de los bosques en zonas húmedas y oscuras desde la Región del Maule hasta la Región de los Lagos. Es un alimento apetecido dentro de la gastronomía mapuche (pueblo indígena de la región de Arauco, Chile), es consumido de distintas formas, desde crudo hasta en diversas preparaciones por parte de la población que habita los territorios donde existen remanentes de bosque húmedo templado.

El principal problema a la hora de consumir cualquiera de las especies de ramaria, es que son de difícil identificación, uno puede pensar que esta cogiendo una Ramaria botrytis cuando en verdad, está cogiendo una Ramaria formosa. Otro de los peligros de estas especies, es que afectan al sistema digestivo en menor o mayor medida, por lo que una dosis alta de cualquier especie puede desencadenar problemas gástricos, incluso dosis pequeñas si tenemos un aparato digestivo sensible.

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