¿Qué tal si Galicia crea una Tesla?

Cuenta de resultados

Se supone que la industria inteligente debe abrirse paso en Galicia en esta nueva era, pero qué tipo de industria y de qué dimensión al amparo de los fondos europeos, con montos financieros nunca vistos.

Un operario trabaja en la cadena de montaje del Grupo PSA, en Vigo.
Un operario trabaja en la cadena de montaje del Grupo PSA, en Vigo.

Diego Calvo, líder del PP de A Coruña y vicepresidente del Parlamento gallego, preside ahora la comisión de reactivación de Galicia. Sabe que están en juego fondos europeos para Galicia con montos financieros “nunca vistos en los últimos años”, como bien observa la profesora de economía María do Carme García-Negro en Mundiario. Esta experta plantea como objetivo para Galicia los 8.707 millones de euros. Aquí, en Cuenta de resultados, de La Región, habíamos situado el mínimo en 7.000 millones de euros, producto de la suma préstamos y ayudas de Bruselas. En realidad, ni los créditos ni las ayudas de Europa están concebidos para una distribución territorial, pero sí podrán medirse sus efectos territoriales a lo largo de los años en los que se irán desarrollando.

Sean 8.000 o 7.000 millones los que marcan un referencia orientativa se trata de cifras fuera de lo común: equivalen a todo el presupuesto de la Xunta en recientes ejercicios y a más del 10%, con creces, del PIB de Galicia. Del tema también se va a ocupar esta semana el comité de expertos económicos de Galicia para afrontar la crisis provocada por el covid-19, creado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, esta vez con más miembros.

De guardia de tráfico del reparto de los 140.000 que le corresponden a toda España actuará Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, que se ha reservado personalmente la facultad de decidir los proyectos que lleve España a Bruselas.

Desde Galicia habrá que darle, pues, a la cabeza para ser competitivos con los proyectos que se presenten y decidir, de entrada, si se va a apostar por una o dos grandes actuaciones –serían históricas– o si se prefiere optar por atomizar las iniciativas, algo muy gallego, por cierto.

Galicia ya sabe que atomizar los fondos europeos no conduce lejos, por lo que llega la oportunidad de desarrollar proyectos de dimensión histórica

Por poner ejemplos: cabe que Galicia se plantee en serio operaciones como sanear y explotar todas sus rías o crear una gran multinacional tecnológica, o que abandere decenas o centenares de pequeños proyectos que encajen con los apartados indicados por Bruselas. Seguramente optarán por lo segundo, pero en esta crónica económica semanal, hoy más audaz de lo habitual, se aporta una idea alternativa: una gran industria inteligente.

Alguien pudiera pensar que ya hay muchas fábricas de automóviles pero la realidad es que los fabricantes de coches tienen planeado invertir en una combinación de proyectos greenfield (instalaciones de nueva construcción) y brownfield (instalaciones o infraestructuras ya existentes). Es decir, hay margen para irrumpir en la industria del automóvil si se apuesta por lo que el sector denomina las fábricas inteligentes, ligadas en este caso al automóvil eléctrico. Alguien añadiría: “Pero para eso ya están PSA, Volkswagen, Mercedes, Ford, BMW, General Motors, Toyota…”

Si pensara así todo el mundo no habría progreso. Ni existiría Inditex. Ni Tesla. Ni por supuesto Google o Amazon. Solo un dato: en la semana en la que Tesla cumplió este año una década desde su salida a Bolsa –cotiza en el Nasdaq– rompió el histórico dominio de Toyota y se convirtió en el fabricante de automóviles más valioso del mundo por capitalización. Bastaría una empresa tecnológica como Tesla –45.000 trabajadores– para crear suficiente empleo directo e indirecto como para no estar lejos de igualar el número de parados reales que tiene Galicia, que cerró 2019 con 145.800 desempleados. Los expertos decidirán…

@J_L_Gomez

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