La semana grande de Entroido dio el pistoletazo de salida con la celebración del Xoves de Comadres en Verín. Miles de mujeres cenaron en los restaurantes de la localidad y aplaudieron a la Reina y a Don Carnal para dar paso a fiesta “rachada”
Cayó la noche y en la villa del Támega comenzó a sentirse esa magia que llevan consigo las mujeres. Las entroideiras. Las comadres comenzaron a salir a la calle con sus mejores galas: disfraces preparados durante meses con todo detalle para deslumbrar en su gran noche, el Xoves de Comadres, uno de los días más especiales del Entroido de Verín. Entre carcajadas brindaron al grito de “Vivan as comadres!”, y comenzaron a desfilar hacia los restaurantes de la villa, quienes colgaron el cartel de completo. El restaurante Brasil -el más grande de la zona- congregó a casi 500 mujeres en sus instalaciones. El Zapatillas, A Fonte, Lugano o Regueiro da Cova, entre otros, también coparon todo su espacio para dar servicio a miles de mujeres que no quisieron perderse la cita.
Tras las cenas, los postres típicos -bica, rosquillas y orella- y un buen vino de Monterrei, la gente se echó a la calle. Mujeres y más mujeres, hombres disfrazados de estas y algún que otro hombre despistado que no siguió la tradición de “disfrazarse de mulleres, é a noite delas, polo que todos deben ser comadres”, anotan desde la organización.
Las protagonistas de la jornada, acompañadas de las charangas Mil9, Nova Trives, Tattoo y Los Támega, comenzaron a desfilar hacia el barrio de San Lázaro, a la espera del saludo de la Reina del Entroido y de Don Carnal. Un momento emotivo en el que una comitiva baja del Parador de Verín por el Camino Real con antorchas -momento único que todo verinés debe vivir una vez- acompañando a Don Carnal. Al llegar a San Lázaro, en la Casa do Escudo esperaba la Reina, deseosa del abrazo de Don Carnal y el grito de “Elena, Elena!”.
Entre las miles de personas, hacían paso los cigarrones, que con su zamarra y el sonido de las chocas “mandaron más que los numerosos efectivos desplegados en la villa”, bromeaban los entroideiros. Y es que el Concello de Verín, en colaboración con todos los cuerpos de seguridad, preparó un dispositivo de seguridad con 45 efectivos y un puesto de mando -de Axega- ubicado en la Praza Maior, así como un puesto sanitario en la calle Lisa.
Tras el saludo de la Reina, las comadres se aglutinaron en una Praza Maior que se hizo pequeña otro año más para disfrutar de la velada con las Discomóviles A Gramola y Enjoy y la orquesta Marbella.
Una cita mágica, para los de aquí y para los de fuera. También una cita que año tras año se masifica más, a lo que los entroideiros de corazón piden respecto por sus tradiciones. El Xoves de Comadres superó todos los pronósticos y las comadres se adueñaron de la villa brillando entre la multitud.
