Sorprendido por la cantidad de móviles y las cámaras de fotos que buscaban su retrato. Así se quedó el oso salvaje en la salida por los montes que rodean las bodegas de Mogos, en Sande (Cartelle), en la jornada inaugural del Entroido en la parroquia.
La tranquilidad que caracteriza este bello rincón de la comarca de Terra de Celanova, popular por su pazo señorial y la torre (castelo para los lugareños), se vio interrumpida este sábado por la presencia de varios cientos de visitantes deseosos de disfrutar de una de las versiones más puras y tradicionales del Entroido. "O oso é anárquico, non ten hora nin é puntual", advertían los lugareños que, desde mediodía, hicieron de anfitriones en la sesión vermú y posterior comida de confraternización en plena naturaleza a base de churrasco, bica y licor café.
Varias pelucas y algún que otro animal fantástico se colaron en una celebración donde prima lo enxebre, las ropas viejas y los trajes de años pasados porque "calquera cousa sirve no carnaval", insistían en el pueblo.
La caza del oso, que estuvo amenizada por la actuación de improvisados grupos de gaiteiros tradicionales, derivó en una fiesta hasta bien entrada la madrugada. Casi sin tiempo para descansar, hoy será el turno de las elegantes bonitas que harán su aparición a la salida de la misa.