El Rei de Covelo salvó de nuevo su corona para que perdure la fiesta en Melón

Los vecinos de este pueblo de Melón repitieron el ancestral ritual a lo largo de tres kilómetros hasta el Coto da Raña

Carlos Fidalgo hace años que heredó de su padre Constantino la responsabilidad de salvar cada año la corona del Rei do Entroido para que perdure la fiesta. Así que una vez más, montando su caballo, luchó primero contra los danzantes y después contra los soldados a lo largo del recorrido que realizaron desde la zona de O Regueiro, en el pueblo de Covelo (Melón), hasta el Coto da Raña.

Abrían el séquito real Santo Entroido y Santa Entroida, que eran conducidos en carro por el porteiro y arrastrado por dos vacas. Les acompañaban también los tradicionales personajes del juez, el bobo y el procurador, además de los soldados y danzantes, y seguidos de numerosos vecinos y visitantes.

Se trata de una celebración de las más ancestrales de la provincia en la que participan, de una manera u otra, todos los vecinos de este pequeño pueblo de Melón, preparando a los santos entroidos, ofreciendo aperitivos o participando directamente en la representación.

La ruta de aproximadamente tres kilómetros daba comienzo pasadas las 11,00 horas, anunciando la salida con fuegos. El Rei Entroido tuvo que defender con uñas y dientes la corona, que le fue arrebatada en determinados momentos por danzantes y soldados.

De vuelta al pueblo les esperaban los demás vecinos para ofrecerles dulces y bebidas para reponer fuerzas. Posteriormente, según la tradición, se procedía a subastar productos de la tierra, desde huevos a fruta o carne de cerdo. Los asistentes adquieren todos los años el lote subastado que es donado por los residentes de la zona, y cuya recaudación se destina a la compra de fuegos y la organización del Entroido del año siguiente, después de haber salvado la corona que garantiza la continuidad de esta ancestral tradición.

Te puede interesar