Alberto Rodríguez: “La epidemia sacó lo mejor de nosotros”

Alberto Rodríguez Seoane, enfermero especialista en atención primaria en el Hospital de Verín.
photo_camera Alberto Rodríguez Seoane, enfermero especialista en atención primaria en el Hospital de Verín.

 “Como enfermero,  el Día Mundial de nuestra profesión supone un gran orgullo, es un día en el que se reconoce el trabajo que hacemos a diario”, recalca el ourensano.

​"Me decanté por la enfermería en detrimento de la medicina porque me gusta el cuidado del paciente, atenderlo, ayudarlo", asegura.

Remarca igualmente Rodríguez Seoane que “en casa siempre se habló de sanidad, mi madre fue auxiliar de enfermería. ¿Por qué enfermero y no médico? Porque me gustaba más el cuidado del paciente, atenderlo, ayudarlo. Mucho más que diagnosticar”.

Hoy día todavía se sigue tildando a la enfermería de profesión femenina, ¿o no? “Es verdad que hay más enfermeras que enfermeros, aunque cada vez somos más los hombres. Pero yo me considero enfermera. Supongo que esto es así por la cultura que viene de atrás, la mujer era la que cuidaba de los demás en la casa. Es como médico, se suele atribuir al hombre, cuando en la actualidad hay muchas mujeres ya”, zanja.

El COVID

¿Ha sido el covid la peor experiencia profesional? “Llevo poco tiempo, apenas diez años, pero sí, era desolador ver cómo sufría el paciente. Lo peor era el desconocimiento, la improvisación. Lo más importante es que hemos sabido salir adelante, los enfermeros hemos demostrado mucha fuerza, mucho coraje, mucha motivación”.

“Es verdad también que la epidemia sacó lo mejor de nosotros, supimos responder, el apoyo emocional que ofrecimos fue algo fundamental, baste ver el gesto de la gente aplaudiendo desde los balcones en los peores momentos de la pandemia. Nos satisfizo mucho ver que se valoraba nuestro trabajo”, relata.

¿Llegó a sentir miedo? “Más que miedo, lo que sentí fue desconfianza. Yo me protegía, tomaba las medidas precisas, el lavado de manos, la mascarilla, la distancia. Pero algo de miedo siempre tienes”.

“Ahora todo está mucho más tranquilo, claro,  las campañas de vacunación han sido claves, organizadas por cierto por enfermería. Poco a poco hemos ido evitando la hospitalización”, detalla Rodríguez Seoane, “muy cómodo trabajando en Verín” , a donde va cada día desde su domicilio de Ourense. “Al final son muchas horas en el coche con otros compañeros y es inevitable seguir hablando de medicina”, subraya.

¿Se desconecta al llegar a casa? “Lo intentas, te dices ‘este fin de semana voy a dejar el móvil a un lado y me olvido de todo’. Pero no olvidemos que ésta es una profesión vocacional, si no tienes vocación es mejor que no te dediques a ella. Trabajar en la salud es algo muy gratificante”.

¿Se sienten los enfermeros y enfermeras convenientemente valorados? “Es una pregunta difícil. Diría que en parte sí y en parte no. Sí por parte de los pacientes, que te aprecian, que te dan las gracias, que te hacen regalos incluso. No tanto por parte de algunas organizaciones de las que sí nos sentimos algo maltratados, sentimos que no nos tienen en cuenta lo que nos deberían de tener, que no nos valoran lo que debían valorarnos”, finaliza Alberto Rodríguez Seoane.

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