ÁGORA ECONÓMICA

No es productivo crear empresas en función de las ayudas

El peso específico de la administración en forma de subvenciones como forma principal de incentivar la creación de empresas.

Cinco economistas del Colegio de Economistas de Ourense, llegaron a esta conclusión tras ser convocados para el Faladoiro Económico, en su cuarta convocatoria de título: “Las administraciones públicas en el entorno económico”. Una vez más y bajo la coordinación de David Martínez Alonso, se reunieron en El Cercano, sede de estas reuniones.

 A este encuentro asistieron Miguel Álvarez, Manuel Rodríguez, Manuel Todea, Manuela Seguín, y Mª Begoña Álvarez, profesionales que aportaron distintas perspectivas del tema desde el punto de vista del ciudadano y del propio funcionariado. 

El coordinador siguiendo la metodología de estos encuentros expuso unos puntos de partida:  1º. La influencia que tiene la administración pública a la hora de montar una empresa o actividad empresarial, ya que uno siempre se hace la misma pregunta:”¿qué subvención tengo?”. 2º. La cantidad de trabas con las que nos encontramos por parte de las muchas administraciones públicas: no se trata de que nos ayuden, pero que no se pongan trabas al emprendedor. Y 3º. El tamaño de la administración pública, realizando un esbozo de su evolución y considerando la cantidad de trámites necesarios en los procesos administrativos (la burocracia). 

Los economistas asistentes desmenuzaron la relación que establecen trabajadores, autónomos y emprendedores con la administración y encontraron muy mejorable la transparencia, agilidad, eficiencia y eficacia de la administración. También observaron que ha habido mejoras y que se esperan modelos más eficientes en el mediano plazo.  Por ahora, hacer trámites con la administración pública lleva a situaciones como éstas: 

1. La gestión con la administración pública española sigue siendo muy compleja, con solapamientos de funciones entre administraciones estatales, autonómicas y locales.
2. La organización de la atención al público requiere otra gestión, pues los nuevos sistemas por cita previa  se convierten en muchas horas de consulta que se desperdician y que serían útiles para resolver muchas situaciones.
3. Debería ser posible reordenar la asignación de funcionarios en razón de las necesidades de las distintas administraciones.  
4. Falta fiscalización particularmente en lo que se refiere al otorgamiento de subvenciones que no responden a criterios de equidad.
5. La informatización de la administración avanza a buen ritmo, sin embargo, hay sectores de la población, como por ejemplo muchas personas de la tercera edad o de grupos de exclusión, que no tienen fácil acceso a la administración electrónica.  
6. Los trámites menores son complicados, siendo más fáciles los trámites grandes o con importes elevados: cobrar 5 millones de una factura puede ser menos complicado que cobrar 12 euros.

La subvención no es el capital
Algo puso de acuerdo en bloque a los economistas asistentes a este faladoiro: están totalmente en contra de la economía de subvenciones. Lo que se tiene que acabar es el pensamiento clásico de: “tengo una idea de negocio, voy a ver qué subvenciones hay para esta idea”. Al final son un problema para quien las solicita, tienes que cumplir una serie de requisitos que entorpecen mucho las decisiones de la empresa. Así lo recalcó Miguel Álvarez, “el apoyo financiero sobre la base de subvenciones es un montaje, no obedecen a proyectos reales”.  Por su parte Manu Seguín resaltó que, “El objetivo tiene que ser crear, generar riqueza o plasmar una idea, independientemente de lo que se haga”. Existen  casos de empresas que han tramitado una subvención y han tenido que mudarse a otra localización, y aunque la empresa sea la misma exactamente, al no estar en  el mismo sitio la han perdido. Ello produce un desgaste. 
También hicieron referencia a la falta de fiscalización física que hace que se desperdicien grandes recursos.  Se revisan facturas y facturas, pero no se supervisa que para una máquina que cuesta 70 millones se piden 140, y luego nadie revisa que  directamente no está la maquinaria o si esa es la realmente subvencionable.
“El enfoque  correcto de las subvenciones debería ser: yo invierto en el Estado y el Estado me revierte a mí la cantidad invertida”, así lo definió David Martínez. Es evidente que hay auténticos expertos en subvenciones, que viven de eso sin generar riqueza para el sistema. Por otro lado hay actores empresariales que piensan que una subvención puede solucionar un problema de tesorería, pero no debe ser el capital básico de una idea de negocio.

La administración pública y sus entresijos
Se piensa que debería haber un mejor equilibrio entre políticos y técnicos. Begoña Álvarez que trabaja en la administración pública aportó su experiencia desde dentro: “En mi caso, desde el departamento de  intervención, dependes de un habilitado nacional que no funciona con criterios políticos”. Se demuestra que hay una buena parte de la administración que ejecuta correctamente su trabajo, cuando prepondera lo técnico sobre los aspectos meramente políticos. Aunque se destaca que la oposición política ejerce un control y supervisión, ambos necesarios, sobre las acciones tomadas.  
Manuel Rodríguez ve clara la necesidad de refrescar la administración: “Tiene que haber un relevo generacional.  La sociedad demanda ese relevo, seguramente tendremos mejores políticos, mejores gestores”. Sin duda se está apostando por la administración electrónica, hay una ley al respecto y una apuesta fuerte de cara al futuro de la relación con el ciudadano. 

Begoña Álvarez, ve un avance significativo en la gestión pública, señalando que de momento no está  preparada la administración, aunque se está en ello. Como ejemplo, cabe indicar que las tramitaciones de más de  5 mil euros se aceptan en papel pero las de menos de 5 mil tienen que venir obligatoriamente a través del sistema electrónico. Se está en un período de ajustes de esos programas, siendo posible que en unos meses  el ciudadano va a meter su factura y comprobará electrónicamente en qué fase de gestión está su trámite. A su vez, se han agilizado mucho las resoluciones desde que existe la obligación de que el funcionario que atiende a un usuario resuelva él mismo el problema. 

Como dijo Manuel Todea, lo que ocurre es que la administración y la empresa privada, “son dos mundos diferentes, son dos velocidades”. De ahí que muchas veces no se hable el mismo lenguaje y ello genere esa diferenciación. Sin duda las leyes y lo que está escrito marcan las pautas de actuación en ambos mundos, en el empresarial el límite lo marca la ley, eso es lo que no se puede hacer. En el sector administrativo, la ley marca las actuaciones, lo que está escrito es lo único que se puede hacer; no se improvisa.  No obstante, hay que considerar que la empresa también tiene un fin social, como se pone de manifiesto cada día por los nuevos ideólogos economistas. Así, la convivencia y el entendimiento entre lo público y lo privado, son necesarios. 

“No me pongan trabas”

Hay un consenso de los economistas en torno a la idea de que la administración está para facilitar la actividad de los ciudadanos y de las empresas y ahorrar tiempo. Y el excesivo número de administraciones no ayuda. Ahora estamos muy hechos a la idea de internet, como factor resolutivo, pero hay gente mayor y gente no tan mayor que tiene serios problemas para acceder a estas facilidades. Es el ejemplo de  personas de 87 años a quienes se les ha impedido hacer un trámite, porque no saben y ya no se pueden entregan los impresos. No se puede entender el trato entre las administraciones públicas y los usuarios, si no se considera que son relaciones humanas, y por lo tanto deberíamos de entendernos y llegar a donde sea para poder ayudar.

Hubo una queja específica en relación al sistema de citas previas, que muchas veces deja períodos de tiempo sin utilizar y que sin embargo son contabilizados como cumplidos. Se  puede entender que me den una cita para atenderme,  lo que no se entiende es que no te reciban como norma. En otros países, lo único que se pide es  “no me hagas perder el tiempo”, mándame por escrito de qué vamos a hablar. Cinco minutos, diez minutos y un poco de entendimiento. No hace falta más. Por su parte, se recalca la nueva consideración por igual a los profesionales, vinculados directamente con la administración pública, equiparándolos con los ciudadanos normales (ahora todos tienen que seguir los mismos protocolos, sin distinciones); puede ser que ello no haya sido del todo operativo, incluso perjudicando al propio ciudadano, ya que estos profesionales agilizaban determinados trámites con las administraciones públicas. 

También se abrió el debate sobre la necesidad de técnicos cualificados a la hora de gestionar, ya que un político no tiene por qué ser un buen gestor y viceversa. Esta disyuntiva ha generado en los últimos años muchas de las situaciones, que de alguna manera no agilizan la evolución en los trámites burocráticos. Por otro lado se debería de mantener a los buenos técnicos y no sufrir estos un efecto de “montaña rusa”, dependiendo del político que esté gobernando en cada legislatura.  En definitiva, sería conveniente la presencia de más técnicos y menos políticos en la administración. 
Y hasta aquí lo que resumidamente dio de sí esta sesión cuarta del faladoiro económico, que retomará sus encuentros a partir de febrero, con nuevos temas a tratar desde el ámbito de los economistas, incorporando nuevas temáticas generales y visiones sobre sectores empresariales destacados en nuestra provincia. 

David Martínez Alonso pertenece al Colegio de Ecomistas de Ourense.
 

Te puede interesar