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Ourense: bienvenidos a la incertidumbre

El escenario económico se antoja de nuevo lleno de dudas a las que las empresas ourensanas también deberán hacer frente.
photo_camera El escenario económico se antoja de nuevo lleno de dudas a las que las empresas ourensanas también deberán hacer frente.
Las exportaciones ourensanas han sufrido en el último mes un serio correctivo. El temor a que sea un síntoma de desaceleración ha surgido. Otros indicadores levantan sospechas, quién sabe si temores fundados.

Desaceleración, enfriamiento, recesión... La jerga de la actualidad económica asoma en las conversaciones y vislumbra un panorama de inquietud. El discurso político vincula la postración de algunos datos a la interinidad institucional, pero no solo a ella. En Ourense, como parece obvio, el lastre comienza a pesar en algunos indicadores.


Las exportaciones


Las ventas exteriores fueron la tabla de salvación para muchas empresas ourensanas en los años de plomo de la crisis, cuando el mercado interno cayó en picado y la internacionalización salvó muchas sociedades mercantiles. Este año las cifras caminaban a ritmo de récord pero el dato de julio ha sido un duro revés. Ceyeron un 29,4%, aunque el acumulado suma una tasa positiva del 1,5%. El volumen total de operaciones suma 526,3 millones. Patricio Sánchez, profesor de Economía Financiera de la Universidad de Vigo, subraya que "es preocupante la caída del sector exterior ourensano, menos mal que aún resiste bien el mercado interno". Alemania, recuerda, "ha entrado en recesión en el último trimestre y eso no es buena señal". Si el dato de julio ha sido una excepción se verá en un mes. De momento, la luz roja se ha encendido.


El automóvil


La venta de coches es uno de los termómetros del consumo y en el caso ourensano se dan dos situaciones. Desde el punto de vista laboral las auxiliares de la automoción cuentan con carga de trabajo merced a los contratos para surtir los nuevos modelos de PSA Vigo. Desde el punto de vista comercial las noticias ya no son tan buenas. Las matriculaciones en agosto cayeron en Ourense un 19,33% y las ventas acumuladas desde enero arrojan un saldo negativo del 14,02%.


El desempleo


La finalización del verano ha dejado un incremento del desempleo en la provincia, con 366 parados más, atribuidos a la conclusión de los contratos de la hostelería y el turismo. El último trimestre, antes de los contratos de Navidad, tampoco se prevé que sea excesivamente positivo. En todo caso, de momento hay 1.405 parados menos que el pasado año y el número total (17.467) está lejos del que había en los años duros de la crisis, donde casi se doblaba esta cifra.


Seguridad social


La suma de los regímenes deja una cifra satisfactoria en la provincia, inédita en los últimos años: 104.402 afiliados a finales de agosto, con 102.774 en el mismo mes del año pasado. Pero la preocupación viene por la cifra de autónomos, que sigue cayendo. En la actualidad se contabilizan 23.726, mientras que en el mismo mes del pasado ejercicio había 24.200. La tendencia es decreciente y gran parte de las bajas se anotan en el sector comercio, por el cambio de patrón del consumo y la sustitución de los modelos comerciales tradicionales, con  importantes secuelas en la provincia.


Creación de empresas


La constitución de nuevas sociedades mercantiles en Ourense  cae y el mes de agosto fue el peor de los últimos años, con diez nuevos negocios, cuando en junio habían nacido 31 y en agosto del 2018, quince. Además, la mayoría se crean en el sector servicios, el más vulnerable. 


Vivienda


El sector inmobiliario está lejos de sus mejores épocas. En julio se vendieron 131 viviendas, apenas seis menos que el mes anterior, pero son 29 menos que el año pasado. La curva de transacciones sigue cuesta abajo en la provincia y el fin de la crisis no afectó al sector en Ourense.


Cambio de paradigma


Andrés Mazaira, coordinador del Observatorio Económico Ourensán reconoce que el enfriamiento económico "es obvio", pero también hace una advertencia clave: "Estamos habituados al discurso de la incertidumbre y durante mucho tiempo habrá incertidumbre política y económica porque vivimos un cambio de paradigma". Adelanta que el ciclo en el que entramos "requiere cambiar de modelo económico, también de modelo de negocio en todas partes, también en Ourense". 

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