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Sube la luz y Teresa Ribera se hace tertuliana

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photo_camera Torre de alta tensión en Soto del Ribera (Asturias).// ELOY ALONSO
Cualquiera diría que “no es razonable que los ciudadanos estén pagando un precio tan alto”, pero ella es la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, y se supone que debe actuar.

El precio medio de la luz se dispara tanto que bate récords, hasta alcanzar esta semana el mayor nivel de la historia. De poco ha servido la rebaja del IVA y la entrada en vigor de la nueva factura. El real decreto de reducción del IVA y supresión del impuesto de electricidad de forma temporal ya perdió su efecto en la factura.

La luz sube como la espuma y hay que remontarse a 2002 –tres años antes del cambio de los precios del CO2 de 2005– para encontrar máximos similares. Ni siquiera con el temporal Filomena de enero de este año se había llegado tan lejos.

El Gobierno apela a Bruselas para cambiar la fijación de precios basada en el mercado marginalista, pero otros países ya tienen tarifas más bajas

El aumento se presenta ligado a las subidas en los precios del gas en el mercado internacional y de los derechos de emisión de CO2 en el mercado europeo, ahora por encima de 50 euros tonelada, casi un 30% más que hace un año. Pero hay más razones y de más fondo.

El precio de la luz en una factura doméstica vincula un 24% al coste de la energía, mientras que entre el 50% y el 55% se atribuye a los peajes –léase los costes de transporte y distribución– y a los denominados cargos –básicamente, costes derivados del fomento de las renovables y anualidades del déficit de tarifa–, por lo que queda un poco más del 21% para los impuestos.

Afrontar este problema exige, por tanto, tocar muchos palos –en España y en Europa– y plantar cara a las eléctricas, a estos efectos un importante lobby, en cuyos consejos no solo se sientan representantes de sus accionistas, sino también antiguos políticos ligados a los dos grandes partidos que se suceden en el poder: PSOE y PP.

El Gobierno apela a Bruselas para cambiar la fijación de precios basada en el llamado mercado marginalista –el precio lo marca la última energía en entrar en el sistema– pero con ese mismo método de cálculo otros países europeos tienen tarifas más bajas. No todo debe de ser culpa del vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans.

El sistema funcionaría de modo razonable si los precios de las distintas energías para producir electricidad fueran similares o al menos igualmente estables, pero como eso no es así resulta que el precio del gas –por las nubes– acaba determinado el coste, aunque su contribución sea marginal con respecto a las energías hidroeléctrica, nuclear, eólica y fotovoltaica.

Así lo reconoció esta semana la propia vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera: “Cuando existe un elenco de tecnologías que tienen precios que se manejan en una horquilla sin apenas diferencias, es sencillo poner un coste marginal; pero cuando la diferencia es tan grande y la energía que se toma como referencia [el gas natural] solo supone entre el 10% y el 15% de la electricidad que se produce, no es razonable que los ciudadanos estén pagando un precio tan alto”.

Pero Teresa Ribera no es una tertuliana –cualquiera diría que no es razonable– sino que es miembro relevante del Gobierno de España y, por tanto, tiene capacidad para tomar medidas, no solo para opinar. Su comentario de que “es importante mantener la calma” no la deja tampoco en buen lugar, ya que mucha gente no puede mantener la calma, aunque quiera.

Siendo realistas, el Gobierno sabe que o bien actúa sobre los derechos de emisión de CO2 –previo acuerdo en Bruselas– o cambia el sistema de la subasta, ya que el gas va a seguir por las nubes hasta febrero o marzo, según el consenso de los analistas.



AL ALZA

LA LUZ

El precio del megavatio/hora (MWh) en el mercado mayorista ha llegado a superar la barrera de los 110 euros, lo cual ha encendido todas las alarmas pero sobre todo ha amenazado los bolsillos de la gente. Es la consecuencia, por un lado, de que el precio del gas esté en las cotas más altas, tras subir un 80,5% en lo que va de año y, por otro, de que los derechos de emisión de CO2 se estabilizasen en torno a los 50 euros por tonelada, lo que aflora un aumento del 30% en tasa interanual.

A LA BAJA

El carbón

El Gobierno calcula que cuando se alcance un mercado energético del todo renovable, el precio del megavatio/hora (MWh) se estabilizará en torno a los 40 euros en el mercado mayorista. Por ahora, las tecnologías renovables producen el 43,6% de la electricidad en España. La eólica contribuye con el 21,7%, aún por debajo de la nuclear (22,2%). El ciclo combinado aporta el 17,8%, la hidráulica el 11,9%, la cogeneración el 10,8% y la solar fotovoltaica el 6,1%. Baja el carbón, ya en el 2% en 2020.



PROTAGONISTAS

URSULA VON DER LEYEN  Presidenta de la Comisión Europea

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Los derechos de emisión de CO2 en el mercado europeo ya están por encima de 50 euros tonelada, cuando las previsiones de la Comisión Europea estimaban que estuvieran en torno a los 25 euros en 2025 y a los 50/55 euros en 2030. Error de cálculo.

 

 

TERESA RIBERA - Vicepresidenta del Gobierno

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Se pregunta si es eficaz que la gestión de los derechos de emisión de CO2 esté centralizada en Bruselas. “Es un debate que se inicia ahora [en la Unión Europea]. No prejuzgamos, pero sí tenemos alguna duda sobre si es el más adecuado”, advierte.

PABLO CASADO Líder de la Oposición

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Su partido, el PP, lleva un tiempo presentando mociones en ayuntamientos, diputaciones, cabildos y consells insulares de España para instar al Gobierno a bajar el precio de la luz con actuaciones en costes regulatorios e impuestos.

YOLANDA DÍAZ  Vicepresidenta del Gobierno

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Unidas Podemos, la coalición que la encumbró en el Ejecutivo de Sánchez, propone crear una empresa pública de energía para afrontar el problema de la luz. También es partidaria de una intervención pública la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

@J_L_Gomez

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