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La viticultura, apuesta y oportunidad

photo_camera Campo de viñedos.

Después del cultivo de la patata, la viticultura es la actividad agraria más importante de la provincia.

La Feira do Viño do Ribeiro cierra sus puertas en Ribadavia, la capital vitivinícola de Ourense y seña de identidad de la denominación de origen más antigua de Galicia. Se trata de un evento que, después de muchos años dando tumbos, ha conseguido tomar una posición que mezcla el carácter profesional con el comercial, sin dejar de lado el perfil promocional de los muchos matices que ofrecen sus caldos. Pero, además, en la última semana de este mes de mayo se celebra en Expourense el salón Vinis Terrae, que trata de poner en contacto a productores y comercializadores con importadores de otros países con el fin de conseguir que una de las esencias del sector primario en la provincia tenga un carácter más internacional. El cultivo del vino y sus derivados mantiene por lo tanto una notable actividad en la provincia.


El Ministerio de Agricultura, en su memoria del pasado año señala que en la provincia hay 8.383 hectáreas dedicadas a cultivo, aunque por detrás de Pontevedra, que lidera el ranking gallego con 12.182 hectáreas en producción. De acuerdo con la misma fuente, tras la vendimia del 2013 (última auditada), se constató que productores y bodegas de la provincia habían elaborado 144.327 hectolitros y se evidencia la clara preponderancia de los blancos frente a tintos y, sobre todo, frente a rosados. El ministerio indica que se produjeron 113.446 hectolitros de vino blanco en la provincia, frente a los 30.881 hectolitros de tinto o rosado.


 Ourense mantiene una posición importante en el contexto gallego, donde en realidad únicamente compite Pontevedra con la Denominación de Orixe Rías Baixas, sin duda la que más peso tiene en la producción y en la comercialización exterior. En Galicia se produjeron en el citado periodo 399.176 hectolitros, de los que 221.631 corresponden a Pontevedra, 144.327 a Ourense, 25.136 (sobre todo producidos en la Ribeira Sacra) y 8.082 en la provincia de A Coruña. Después del cultivo de la patata, el vino es el más importante de la provincia. Según el Instituto Galego de Estatística, la producción del tubérculo puede superar en un año medio las 200.000 toneladas, mientras que en vino puede rondar las 60.000 toneladas.


Galicia tiene cinco denominaciones de origen y cuatro de ellas están en Ourense: Ribeiro, Monterrey, Valdeorras y Ribeira Sacra. El potencial por lo tanto es grande, pero aún queda mucho por hacer. Las producciones pequeñas dan personalidad a cada uno de los vinos, pero se dan en estructuras de propiedad minifundistas, lo que perjudica la rentabilidad y lastra las posibilidades de exportación, entre otros factores. En una entrevista a Euro, el presidente de la Denominación de Orixe Ribeiro, Miguel Ángel Viso, reconocía que “el minifundismo da personalidad y calidad a algunas explotaciones pero también en muchos casos es un lastre a la hora de querer crecer y es ahí donde las administraciones tienen que intervenir con posturas claras porque los jóvenes vendrán al campo si pueden vivir de él y para eso la explotación debe ser viable”.

Por lo que respecta a la exportación, las producciones pequeñas tienen también más difícil conquistar otros países. Miguel Ángel Viso subraya que “tenemos claro que nuestro trabajo es potenciar la exportación y en eso estamos trabajando, con un plan para llegar a Puerto Rico para buscar negocio, pero también la Xunta está promoviendo que las denominaciones podemos exportar más”.


Reconoce el presidente de la denominación de origen más antigua de Galicia que “esa es una asignatura en la que O Ribeiro tiene que trabajar, pero no es fácil porque tenemos que tener claro dónde queremos ir y cómo. Debemos ser exigentes en la gestión y la profesionalización”.

MERCADO EXTERIOR
A lo sumo, un 15% de la producción vitícola de Ourense tiene calado en otros mercados y la cifra no compensa la bajada de consumo experimentada en el mercado interno. Según una publicación del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), “el consumo interno de vino en España sigue ofreciendo unos datos preocupantes, situándose a día de hoy en una estimación por debajo de los 20 litros por persona y año, lo que supone estar a la cola de Europa”. Por lo tanto, el mercado interno no parece ser la salida, al menos a corto plazo.

Según la misma publicación, “los intercambios mundiales en el sector del vino adquieren cada vez más importancia. De un total de 72,2 millones de hectolitros de media en el quinquenio 2001-05, se ha pasado a 100,7 millones de hectolitros en el interanual a septiembre de 2014”. En toda España el importe global de las exportaciones de vino y mosto habría alcanzado en el interanual a septiembre de 2014 la cifra de 25.623,5 millones de euros. Este mercado mundial, considerado por la Organización Internacional del Vino como la suma de las exportaciones de todos los países, ha caída en el interanual a septiembre de 2014 con respecto al mismo periodo de 2013 en términos de valor, suponiendo un -1,3% menos. No obstante, el volumen ha aumentado ligeramente, un 0,8% en el mismo periodo, hasta los 100,7 millones de hectolitros.


Por lo que respecta a Ourense y a los retos que tiene planteados a futuro en el sector del vino, hay que destacar la necesidad de hacer una apuesta por la calidad para seguir mejorando la imagen que se ha conseguido en los últimos años. Cuando menos, así lo estiman los representantes de las denominaciones de origen. Otro de los retos es conseguir rejuvenecer el sector y conseguir que haya nuevas incorporaciones a las viñas y a las bodegas. Por lo demás, otro de los factores adversos que pueden convertirse en oportunidades, sería el aprovechamiento de que las producciones pequeñas ayudan a dar muchos matices a las zonas vitícolas, lo que refuerza sus múltiples personalidades. 

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