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Con Yolanda llega otro modelo económico

Foto de archivo de Yolanda Díaz. EFE
photo_camera Yolanda Díaz, en el acto al que asistió en Valencia (EFE).
Si bien los discursos de “las otras políticas” en Valencia no hablan de PIB ni de productividad, entrañan políticas transformadoras que, de aplicarse, exigirían cambios profundos en las cuentas del Estado

Yolanda Díaz, que se perfila como la candidata a la presidencia del Gobierno de la izquierda a la izquierda del PSOE, se ha citado en Valencia con Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat valenciana; Ada Colau, alcaldesa de Barcelona; Mónica García, portavoz de Más Madrid en la Asamblea de Madrid, y Fátima Hamed Hossain, diputada ceutí. Es, sin duda, un acontecimiento político y, tal vez sin pretenderlo, también económico, ya que, si bien sus discursos no hablan de PIB ni de productividad, abanderan políticas transformadoras que, de aplicarse, exigirían cambios profundos en las finanzas del Estado.

En la historia contemporánea podemos encontrar distintos perfiles de mujeres capaces de marcar su tiempo. Son inolvidables las mujeres que han hecho política, como Indira Gandhi, durante quince años primera ministra de la India, clave para poner coto a la sociedad patriarcal de su gran país, o como Eva Duarte de Perón, que presidió el Partido Peronista femenino y logró la igualdad política entre hombres y mujeres en Argentina, además de sumarse a las luchas por los derechos laborales y sociales.

También hicieron historia, desde la derecha, mujeres que se centraron en la gestión económica desde la política conservadora, como Margaret Thatcher, la primera mujer jefa de Gobierno del Reino Unido, que cambió la estructura económica e industrial de su país desde posiciones ultraliberales que dieron lugar al llamado thatcherismo.

Hay, a su vez, mujeres que se han volcado en los derechos humanos como Anna Eleanor Roosevelt, casada con el presidente demócrata estadounidense Franklin Delano Rooosevelt, toda una activista por los derechos humanos que terminó formulando la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, o como Rigoberta Menchú, la líder indígena guatemalteca defensora de los derechos humanos que consiguió el premio Nobel de la Paz. Y estaría también el modelo de mujeres intelectuales, como Simone de Beauvoir, luchadora por favorecer el papel de la mujer en una sociedad masculina. Por fortuna, también hay muchas más mujeres dignas de aparecer en un análisis de este tipo.

¿En qué modelo habría que encuadrar a Yolanda Díaz, Mónica Oltra, Ada Colau, Mónica García y Fátima Hamed Hossain? Puede que en todos y a la vez en ninguno. De sus trayectorias y gestiones políticas, algunas desde el poder y la oposición, otras solo opositoras, se desprende un claro perfil de izquierdas envuelto en un cuidado lenguaje transversal, sin duda necesario para la llamada “plataforma de Yolanda”.

De la lectura de sus manifiestos ante esta cumbre política de la nueva izquierda española se desprenden al menos dos cosas: la voluntad de transformar el país y de escuchar –de dialogar– ante un cambio de paradigma. Los partidos políticos tradicionales, especialmente el PSOE, pero también los lobbies económicos deberían estar atentos, porque lo que están diciendo puede cautivar a mucha gente.

La apelación de Yolanda Díaz a las “trümmerfrauen’”alemanas, las ‘mujeres de los escombros’ que levantaron las ciudades de Alemania tras la II Guerra Mundial, puede dar una idea de su ambición de trascendencia histórica. Esto no es Unidas Podemos –un movimiento social transformado en un partido político–, es algo mucho más sutil, ideado por una experimentada comunista, cuya capacidad de seducción, más allá de sus bases obreras, es evidente.

@J_L_Gomez

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