Inés Moreno: “El tratamiento del alzhéimer puede costar más de 30.000 euros anuales”

Inés Moreno abordó en el Foro La Región las causas, los procesos y los factores de riesgo acerca de la enfermedad de alzhéimer

Inés Moreno, investigadora del Departamento de Biología Celular de la Universidad de Málaga, fue la protagonista del Foro La Región de este jueves 14 de septiembre en el Centro Cultural Marcos Valcárcel.

La bióloga se encargó de dar comienzo a la temporada 2023/24 del Foro La Región este jueves a las 20,30 horas en el centro cultural Marcos Valcárcel. Lo hizo con el tema al que ha dedicado gran parte de su vida y que preocupa a muchos ourensanos, como quedó demostrado por la gran afluencia de público asistente: la enfermedad de alzhéimer, una dolencia que afecta a 800.000 personas en toda España y de la que cada año se diagnostican más de 40.000 casos nuevos.

En todo el mundo se diagnostica un caso de alzhéimer cada tres segundos. La experta estuvo presentada por María Dolores Neira, presidenta de la Asociación de Alzhéimer de Ourense (Afaor), quien destacó el encomiable trabajo de Moreno en todos los puestos por los que ha pasado y por su incansable labor en busca de una cura definitiva para la enfermedad.

La científica inició la conferencia haciendo una introducción sobre el alzhéimer y avanzó que la ponencia abordaría lo último que se sabe sobre la dolencia. “Hablar de alzhéimer es hablar de envejecimiento”, arrancó Moreno, que hizo una serie de precisiones técnicas sobre alzhéimer y envejecimiento. Lo cierto es que, tal y como afirmó la bióloga, el envejecimiento es uno de los principales factores para desarrollar la enfermedad de alzhéimer, uno que, además, “no se puede frenar”. Además, esta es una de las pocas enfermedades que genera más letalidad en mujeres que en hombres. Lo hace por dos cuestiones: primero, las mujeres son más longevas; y segundo, un factor hormonal.

“¿Qué es lo que ocurre en el cerebro cuando envejecemos? Son cambios sutiles y casi inapreciables en el día a día”, precisó. Desmintió Moreno el mito de que los adultos no generan neuronas nuevas, si bien es cierto que lo hacen menos que los individuos en desarrollo. Lo que no es normal es la demencia, que es una disminución de la capacidad mental lo suficientemente grave como para interferir en la vida diaria.

A continuación abordó los principales síntomas del alzhéimer, como la pérdida de memoria, de orientación y otros síntomas habituales. En este punto incidió en la importancia de la familia para los enfermos de alzhéimer, ya que “suelen ser los familiares los que se dan cuenta de que una persona puede estar padeciéndolo”. La cuestión económica es también un punto importante. El tratamiento de esta enfermedad puede costar más de 30.000 euros anuales a los familiares; además, este coste no tiene en cuenta el gasto en los cuidados, que suelen recaer también en los familiares.

En el caso del diagnóstico, se efectúa a través de test psicológicos y observando la vida diaria. “Siempre que no afecte a la vida diaria no hay que preocuparse”, subrayó. Además, también se hacen pruebas analíticas, pruebas de neuroimagen -aunque son menos habituales por su alto coste- o biomarcadores en el líquido cefalorraquídeo o la sangre. “Tener estos marcadores en sangre sería ideal”, enfatizó, ya que se podría hacer pruebas a una población mucho mayor.

Precisamente por el factor del envejecimiento, un campo de trabajo donde la investigación se está centrando es en el diagnóstico precoz. En ocasiones, cuando se empieza a tratar el alzhéimer, la enfermedad lleva desarrollándose varias décadas en el cerebro del paciente, lo que, como es obvio reduce la efectividad de cualquier tratamiento, explicó. “Hay muchos investigadores que están centrando su trabajo en este campo”, aseguró.

¿ES HEREDITARIO?

“Sí y no”. Hay ciertos genes que son más predispuestos a padecer alzhéimer. Si uno de los padres ha tenido alzhéimer, su hijo tiene un 50% de probabilidades de padecerlo; pero, “por suerte, solo son el 1% del total. El 95% tienen causas esporádicas, esto es, que no está muy claro de dónde viene”. Lo cierto es que, como confirmó la experta, la calidad de vida de los enfermos ha mejorado considerablemente en los últimos años gracias a los avances en la investigación científica. Si bien  todavía no es posible curar la enfermedad, lo que sí se está logrando es frenar su avance y, por lo tanto, minimizar el deterioro cognitivo de aquellos que padecen esta tipología de demencia.

Así, los factores de riesgo son clave. Una buena dieta, un buen descanso o una actividad física y mental diaria son clave para evitar desarrollar la enfermedad, “aunque esto no evita que se pueda llegar a desarrollar”. 

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