Alucinando con el cornezuelo, la droga que revolucionó Galicia en los 50

Un documental estrenado el pasado 27 de septiembre, Negro púrpura, de las directoras Sabela Iglesias y Adriana P. Villanueva, relata los avatares del conocido como cornezuelo del centeno, caruncho o dentón, un hongo alucinógeno.

JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ

Publicado: 02 oct 2021 - 08:00 Actualizado: 05 oct 2021 - 20:39

as directoras Sabela Iglesias (i) y Adriana P. Villanueva (d) presentan el documental etnográfico "Negro púrpura".  EFE/ Sabela Iglesias Y Adriana P. Villanueva
as directoras Sabela Iglesias (i) y Adriana P. Villanueva (d) presentan el documental etnográfico "Negro púrpura". EFE/ Sabela Iglesias Y Adriana P. Villanueva

Cornezuelo, caruncho o dentón son los múltiples nombres de un hongo alucinógeno proveniente del centeno que durante los años 50 fue utilizado en Galicia para facilitar partos y provocar abortos y que llegó a provocar una fiebre económica en el rural, además de ser el origen del LSD moderno. Las insólitas historias conectadas con este hongo, cuyo nombre científico es claviceps purpúrea, son rescatadas ahora por las directoras Sabela Iglesias y Adriana P. Villanueva en el documental etnográfico Negro púrpura -estrenado el 24 de septiembre y que puede verse en diferentes salas de Galicia, Madrid y Barcelona-, en el que abuelos y abuelas gallegas narran sus experiencias en torno al que también fue conocido como el “oro negro”.

“Resulta que un día estábamos con una amiga comiendo y nos contó que su abuela había traficado con LSD. Nos quedamos impactadas”, explica Adriana. Aunque ese titular quizá estaba demasiado simplificado, tanto Adriana como Sabela decidieron tirar de la manta y elaborar un trabajo etnográfico que habla de la realidad de la Galicia rural en los años 50 y que conecta con las plagas medievales, las multinacionales farmacéuticas, los mitos griegos y hasta la mismísima CIA.

Fotograma del documental etnográfico
Fotograma del documental etnográfico

Fotograma del documental etnográfico Negro púrpura

El cornezuelo es un hongo que nace en el centeno y en otras plantas gramíneas y abunda en los campos húmedos y en comarcas lluviosas de Galicia y el norte de Portugal, aunque también se daba en el sur de Rusia y en Polonia. A comienzos de los años 50 este hongo generó en Galicia una verdadera fiebre económica, pues el kilo podía llegar a valer casi 1.000 pesetas de la época: “Permitió a muchas familias salir adelante y también a muchas mujeres tener una pequeña economía propia”, explica Villanueva, que señala que principalmente lo recogían mujeres.

El boom del cornezuelo de centeno fue tal que mujeres y niños se dedicaban días enteros a la recogida del hongo y en Dacón, una aldea cercana a Carballiño (Ourense), se encontraba el mercado central en Galicia, desde donde se decidían los precios en Japón o Estados Unidos, países a los que se exportaba el cornezuelo en plena dictadura. “El dinero que se pagaba por el hongo aportó mucho a las economías familiares y sacó de la pobreza a mucha gente”, asegura la directora.

Fotograma del documental etnográfico
Fotograma del documental etnográfico

Fotograma del documental etnográfico Negro púrpura

Propiedades

Pero lo curioso de esta historia es que la mayoría de abuelos dicen que en aquel momento no conocían muy bien para qué servía aquel hongo, solo que daba dinero. Sin embargo, las industrias farmacéuticas de países como Inglaterra o Alemania, sí que conocían las propiedades del hongo, principalmente vasoconstrictoras y relacionadas con la obstetricia.

Ya en España, en 1936, el médico Ramón Obella y el farmacéutico Francisco Rubira fundaron el Instituto Bioquímico Miguel Servet en Vigo, con el que lanzaron el denominado “pan ergot”, producido a partir del cornezuelo como remedio contra jaquecas o glaucoma. La Guerra Civil interrumpió el desarrollo del cornezuelo del centeno y no fue hasta 1939 cuando la empresa Zeltia -ahora el gigante PharmaMar- comenzó a producirlo de forma industrial para diversos fármacos.

Ahora bien, en Galicia, aunque la mayoría de personas no conocían para qué servía el hongo, sí que existían creencias populares que lo relacionaban con remedios caseros para ayudar a las mujeres a parir y que también era usado en abortos clandestinos. Las parteras en Galicia conocían la capacidad oxitócica del caruncho, que daban a las mujeres a beber mezclado con agua para ayudarlas a realizar las contracciones del útero.

Y es que a lo largo de la historia este hongo ha sido el responsable de diversos males, como el “mal del pan maldito”, provocado por la ingesta de un pan oscuro, contaminado por este hongo. En el Camino de Santiago era muy común que los peregrinos acudieran a Compostela para curar la gangrena, conocida como “fuego de San Antonio”; mientras que el baile de San Vito está más relacionado con su vertiente psicotrópica, que ya data desde la Antigua Grecia.

“El que comía de aquello, borrachera”, cuenta uno de los abuelos en el documental, en relación a un suceso ocurrido en O Barco de Valdeorras en el que una gran hornada de empanadas contaminadas por ese hongo hizo que medio pueblo “caminara para atrás” y se armara la de San Vito. Sin embargo, tal y como apareció, desapareció, una vez que los alcaloides que le interesaban a la industria farmacéutica fueron sintetizados y la industria dejó de comprar la materia prima, aunque tuvo al final también sus usos lúdicos, ya que el químico suizo Albert Hoffman estudió durante años la composición de este hongo, a partir de la cual descubriiría en el año 1943 el LSD.

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