Beatriz L.G. , la víctima del asesinato machista de Baiona, el primero del año en Galicia fue atacada con dos armas distintas por su asesino. La autopsia refleja que el cadáver de la mujer, de 47 años, encontrado en la entrada de su vivienda en el barrio de Percibilleira el domingo, presentaba heridas en el tórax y abdomen de arma blanca y un golpe en la cabeza, que le partió el cráneo y que fue mortal. Este último es que el que dirige la investigación hacia el uso de un posible machete, hacha o herramienta similar de mayor entidad que un simple cuchillo con el que resultaría imposible un ataque de tal magnitud.
Efectivos de la Guardia Civil estuvieron este martes siguiendo con las pesquisas realizando una nueva inspección ocular en el chalé donde se produjo el asesinato, apurando así las horas de arresto del presunto autor de los hechos, Ángel Rodríguez, de 47 años, y expareja de la víctima. Además se remitieron al Instituto de Toxicología de Madrid muestras del cadáver para su análisis.
El arrestado por el crimen, profesor de Matemáticas en un instituto de Redondela, no quiso declarar tras entregarse doce horas después del asesinato en la Comisaría de la Policía Nacional de Ourense, los testimonios y pruebas recabadas hasta el momento, así como los resultados preliminares de la autopsia desvelan que fue un ataque sorpresivo y muy violento.
El domingo sobre las nueve de la noche, Ángel llegaba a la vivienda de su ex, con la que mantenía conflictos por la custodia de los hijos. Según informaron fuentes cercanas a la familia de la víctima, ella no solía abrir la puerta a nadie si estaba sola en casa pero lo hizo porque él le traía a los niños, dos menores de 7 y 9 años. Allí mismo, delante de ellos, se habría llevado a cabo supuestamente el primer ataque con un cuchillo, de frente. Ella trató de defenderse. Así lo constata también el informe forense que encontró cortes en los brazos compatibles con el intento de repeler la agresión. El siguiente paso se produjo fuera de las escaleras de entrada a la casa, en el recinto que rodea a la misma. Junto a la verja, tendido en el suelo se encontró el cuerpo de Beatriz, por lo que se sospecha que pudo salir corriendo pero un fuerte golpe en la cabeza la frenó en seco.
Tras caer desplomada el presunto asesino cogió a los niños y se los llevó a la abuela. Testimonios recabados asegurarían que avisó a su hermana a la que dijo que se iba a suicidar y ella llamó al 112. Después, cogió el coche y se marchó. Condujo hasta Ourense, donde se presentó a primera hora de la mañana en una Comisaría. Dejó las llaves en el mostrador y se sentó, ensangrentado, sin decir nada. De hecho, uno de los agentes pensó que había sufrido un accidente. Tenía además un tobillo hinchado.
La Delegación del Gobierno en Pontevedra confirmaba oficialmente el lunes que la muerte violenta de Beatriz era un crimen machista. Ella había comentado a sus allegados tener miedo de las reacciones de su ex, con el que recientemente había tenido un pleito por la custodia. Licenciada en Derecho, llegó a estar colegiada en Vigo aunque actualmente era funcionaria de Hacienda.
