Ángel Rodríguez Dacosta cogió su vehículo de madrugada y emprendió rumbo a Ourense, previsiblemente y tal y como señaló la Policía Nacional, con intención de huir. Sin embargo, paró frente a la Comisaría de As Lagoas.
Entró sin decir palabra. Puso las llaves del coche sobre el mostrador del puesto de control y se sentó. En su ropa, sobre todo en los pantalones, había restos de sangre. Los agentes que estaban de turno pensaron que acababa de sufrir un accidente, pero tuvieron un mal presagio. Tenía un tobillo esguinzado, muy hinchado, y estaba desorientado. Pese a que se puso a disposición policial, no dijo nada. Se quedó en completo silencio esperando a que lo trasladasen a otro lugar.
Tras ello, por protocolo y porque él mismo lo solicitó, lo llevaron a un centro médico para, al terminar la consulta, ser conducido a la comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra. Hoy pasará a disposición judicial.
El detenido era profesor sustituto en el IES Pedro Floriani de Redondela. Solo llevaba dos semanas trabajando en el centro. La noticia impactó a toda la comunidad educativa, tanto a profesores como a sus alumnos que recibieron la noticia a primera hora de la mañana, con consternación.
La directora paralizó las clases 20 minutos antes del final de la jornada y ofreció unas palabras rechazando la violencia machista. Además, todo el centro se unió en un minuto de silencio en memoria de Beatriz Lijó. Mientras, en Baiona, se declararon tres días de luto.