La colectividad de Uruguay refunda “A Casa de Galicia”

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La organización nace para salvaguardar el patrimonio cultural y dar continuidad a la actividad social

La historia de la Casa de Galicia de Montevideo se diluye como un azucarillo en el café. Uno de los centros más antiguos de la colectividad, fundado en 1917, entraba en concurso de acreedores el pasado 31 de marzo, siendo administrado desde entonces por un organismo judicial que decidirá los pasos que se deben seguir sobre este emporio gigantesco, creado por los emigrantes gallegos a lo largo de los últimos cien años, así como sobre todos sus bienes y el patrimonio cultural.

La Casa de Galicia arrastraba a finales del año pasado una deuda de 85 millones de dólares, alrededor de 78 millones de euros, derivados en gran parte de la actividad de sus centros sanitarios. La entidad cuenta con un hospital de siete plantas con capacidad para 380 camas, así como seis clínicas distribuidas por la capital y el resto del país. La nómina del personal también es gigante, con más de 1.200 profesionales de la sanidad y otros 1.800 trabajadores en otro tipo de actividades. Atendía a un colectivo de 45.000 pacientes, aunque en el pasado llegó a superar los 100.000.  

A pesar de los numerosos intentos por reflotar esta deuda fue imposible por lo que entró en concurso de acreedores. El problema está ahora en deslindar la parte sanitaria del legado cultural de la entidad. El futuro de los centros sanitarios está más o menos asegurado, porque el Ministerio de Salud ha distribuido a los 45.000 mutualistas en otras organizaciones privadas, mientras que busca inversores para hacerse con alguna de las infraestructuras sanitarias. De aquí tiene que salir el capital necesario para hacer frente a las deudas que la Casa de Galicia mantenía con diferentes proveedores y el Estado.  

Ahora es el momento de salvaguardar el legado cultural e histórico que se conserva en la Casa de Galicia, siendo la obra “A Santa” de Francisco Asorey uno de los elementos más visibles de su patrimonio, pero no el único. La entidad tiene una biblioteca con más de 4.000 volúmenes, obras de arte de diferentes pintores, correspondencia y diversa documentación histórica con un valor más sentimental que económico. 

Con el fin de conservar este patrimonio se creó el pasado 5 de abril una nueva organización, bautizada como “A Casa de Galicia” y que tomará el testigo de la entidad centenaria. Ha sido elegido como presidente Ismael Martínez, quien fuera durante 30 años gestor y conservador de la biblioteca. Al acto acudieron diferentes representantes de la colectividad, organizaciones sociales y culturales, así como el embajador de España en Uruguay, José Javier Gómez-Llera, quien también se ha implicado en la búsqueda de soluciones, así como para actuar de interlocutor con el gobierno uruguayo para defender los intereses de los españoles. 

En esta misma línea de trabajo y colaboración se ha manifestado el recién elegido presidente del Consejo de Residentes Españoles (CRE) de Uruguay, Jorge Torres, para quien la prioridad es salvaguardar el patrimonio cultural de la entidad. Además, apuestan por mantener las actividades culturales y recuperar la masa social, para relanzar de nuevo esta organización tan emblemática para varias generaciones de gallegos en Uruguay. En el país residen 70.000 españoles de los que alrededor de 50.000 son de origen gallego. 

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