Libertad provisional para el marido y el cuñado de la azafata asesinada en O Son

Ernesto y Marcos Mouzo, marido y cuñado, respectivamente, de la azafata viguesa María Elena Calzadilla, asesinada en Porto do Son en diciembre de 2005, prestaron ayer declaración ante el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de la localidad de Noia. Tras más de seis horas de interrogatorio, el juez los dejó en libertad provisional. En el caso del primero, deberá comparecer cada 15 días en el juzgado de Vigo. Además, se le ha prohibido abandonar el territorio nacional y deberá entregar su pasaporte. Por su parte, el segundo de los implicados tendrá que comunicar cualquier cambio de domicilio a los responsables de la investigación.

Los dos hombres llegaron al Juzgado de Noia en un coche camuflado y custodiados por tres patrullas de la Guardia Civil, después de haber declarado en el cuartel de Lonzas (A Coruña) por su supuesta implicación en el asesinato de la azafata, en diciembre de 2005, cuando acudió a recoger ropa en una vivienda familiar en Porto do Son antes de emprender un viaje a las Islas Canarias.

El juez tomó declaración a los dos hombres después de que ya lo hiciesen el jueves en el cuartel de la Guardia Civil en A Coruña. Por su parte, el juez decretó el secreto de sumario. Ernesto Mouzo, de 40 años, que fue quien encontró a su mujer muerta el con un golpe en la cabeza, fue arrestado el martes en O Porriño (Pontevedra), mientras que su hermano Marcos fue detenido el miércoles en Vigo.

El robo como móvil La viguesa María Elena Calzadilla Eugui, de 40 años, apareció muerta con un golpe en la cabeza en su vivienda de Porto do Son, localidad coruñesa en la que tenía su segunda residencia. La mujer se había trasladado hasta esa casa por un motivo personal y su marido, Ernesto Mouzo, alertado por su tardanza, fue a buscarla y encontró el cadáver. Aunque en un principio se barajaba el robo como el móvil del crimen, las investigaciones se centraron en el entorno de la víctima, ya que en la vivienda todo estaba en orden y no faltaba nada.