"De momento estoy tranquilo porque no quiero pensar en la inversión que voy a tener que afrontar cuando concluya el confinamiento y pueda abrir el bar", comenta el propietario de una pequeña cafetería coruñesa a un comercial de bebidas que se ha encontrado mientras esperan turno en la cola de un colmado. "Pues tendrías que ponerte y hacer el encargo cuando antes porque las mamparas pueden ser imprescindibles para separar mesas. Me he encontrado con un colega que se dedica a la carpintería metálica y me ha dicho que el precio del metacrilato se ha disparado", le advierte. El tabernero se rasca la cabeza con preocupación, el comercial le guiña un ojo como si fuese un capítulo por delante en esta historia tan dramática como inesperada.
La conversación quedaría en anécdota si la estanquera del barrio no manifestase minutos después una sorprendente efusividad al enseñar la mampara protectora de metacrilato que le acaba de instalar una marca de tabaco a cambio de lucir publicidad en un lateral. En un mostrador más alejado ha aparcado la pantalla plasticosa detrás de la que se parapetaba hasta el día anterior. "Es que se nota la diferencia a simple vista, menos mal que no la he tenido que pagar porque me han dicho que están por las nubes".
Seguir en la tierra se ha encarecido, si damos por buenas esta dos opiniones, pero tampoco habría que fiarse del comercial pillo y de la estanquera, que muestra a la clientela una mampara como si estuviese presentando al nieto recién nacido, sin recabar una tercera opinión que comercializa la materia prima. "Sí, ha subido el precio. Los proveedores decentes lo suben un poquito y los indecentes lo que les da la gana", responde a la duda Santiago, un mayorista con muchos años en el oficio. "Yo hice un pedido hace un mes y lo pagué algo más caro, un 3% aproximadamente. Me respetan el precio porque hago pedidos muy importantes desde hace mucho tiempo", prosigue con la explicación.
¿Y los proveedores indecentes? "Yo no me presto a ese mercadeo, pero te puedes encontrar con subidas de un 30% adquiriendo grandes cantidades. Tendremos que adaptarnos porque se está produciendo una especulación salvaje como sucedió con las mascarillas". Adaptarse es recurrir a otros materiales como el "policarbonato compacto" en vez de metacrilato. "Es más duro, transparente y no tiene problemas de visibilidad", añade el mayorista, aunque la estanquera no parecía muy convencida con la solución de urgencia que le brindaron cuando se decretó el estado de alarma por la pandemia provocada por el coronavirus COVID-19.
Antes de colgar el teléfono, el mayorista abunda en los motivos de una especulación indecente cuando en juego está la salud pública y celebramos que los cadáveres en un día por el coronavirus no superen la estremecedora cifra de 400. "El problema es que dependemos del exterior. Fabricantes en España no hay y tampoco producción para cubrir la gran demanda en todas partes. Se fabrica en China, en Alemania, en Reino Unido, pero no aquí".
Botín de los especuladores
El petróleo cotiza a la baja y por primera en EE UU los productores han pagado para desprenderse de barriles por agotar su capacidad de almacenamiento. El botín de los especuladores se ha desplazado al metacrilato y a otros materiales de protección sanitaria. Y eso que todavía no se conocen las medidas que se implementarán para que la hostelería pueda ponerse a servir. Sólo los más previsores, como recomendaba el hábil comercial de bebidas al dueño de un garito, han conseguido blindarse a un precio razonable.
Begoña Vila es farmacéutica y propietaria de una farmacia en Muxía, localidad de la Costa da Morte y zona cero de la catástrofe ecológica provocada por el petrolero Prestige. La farmacia Vila Vázquez fue de los primeros establecimientos en instalar las mamparas de metacrilato cuando una gran parte del personal todavía bromeaba por los plásticos que veía en las cabezas de los chinos por la tele. "Yo conseguí las mamparas individuales para el mostrador a 45 euros y ahora hay compañeros que las están pagando a 195 y a 200 euros. En poco más de un mes han subido el precio más de un 300% y no las consigues más baratas". La Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos ha fijado el precio de venta de las mascarillas quirúrgicas a un máximo de 0,96 euros. La protección en bares y establecimientos puede salir a precio de oro... transparente.
