Regresa el abrazo al Apóstol Santiago

La Catedral de Santiago de Compostela recuperó ayer su tradicional abrazo al Apóstol, una costumbre que se remonta al siglo XIII y que quedó suspendida temporalmente cuando se declaró la pandemia en marzo de 2020, debido a las medidas de protección frente a la covid-19.

A partir de las 10:30 de la mañana los primeros en llegar a la Catedral pudieron acceder al camarín del Apóstol Santiago ubicado en la Capilla Mayor de la basílica, que vuelve, tras tres años, a estar abierto al público, aunque con la recomendación de evitar contactos “no higiénicos” como besar la figura.

Previamente, los miembros del Cabildo catedralicio tuvieron la oportunidad de realizar el rito. Luego fueron los fieles y visitantes los que accedieron a través de la puerta de la Azabachería para realizar, en un recorrido diferenciado y propio, la visita al sepulcro y a la figura del Apóstol, a la que tradicionalmente se abraza por detrás, colocando las manos sobre los hombros del santo.

“Es un día importante porque la gente quiere recuperar las tradiciones. Es una satisfacción poder ofrecerle a la gente la posibilidad de darle el abrazo al Apóstol”, expresó el deán de la Catedral, José Fernández Lago.

El primero en cumplir con este rito en la jornada de ayer fue el párroco Bernard Schmidt, natural de Stuttgart (Alemania). Está en Santiago realizando un proyecto pastoral, cuya misión principal es recibir a los alemanes o a personas que hablen alemán, además de ofrecer confesiones y dar liturgias.

Según señaló, la experiencia de poder abrazar al Apóstol de nuevo le hizo “inmensamente feliz” y es “una experiencia preciosa” que recordará “siempre”. Tras él, la primera peregrina en realizar el rito fue Paula, una mujer portuguesa que al abrazar al Santo le agradeció la curación de un cáncer que padecía.

El abrazo al Apóstol es uno de los ritos jacobeos más importantes y más famosos y tiene su origen en el siglo XIII, tras el remate de las obras de la catedral y la colocación por parte del mestre Mateo de la figura del Santo en el camarín de la Catedral.

Sin embargo, no es el único. Otros, como darse cabezazos contra la figura del Mestre Mateo o depositar las manos sobre el parteluz del Pórtico de la Gloria, con el tiempo, se fueron perdiendo o prohibiendo, ya que suponían un gran deterioro para el patrimonio.

Pero tras el esfuerzo de la peregrinación, el sentimiento de cercanía física con la figura del Apóstol y la necesidad de rezar una oración, lanzar una súplica o agradecer por una petición hicieron que esta tradición del abrazo sí que se mantenga. El deán dijo que recobrar este rito era algo “muy demandado”, una “falta” que había que suplir.

Por ello, una vez superada la pandemia y tras las lecciones aprendidas, desde la Catedral han querido recuperar el abrazo con las mayores garantías, evitando contactos “no higiénicos” como besar la figura y las temidas aglomeraciones, en un momento del año en el que recogen la compostela al día en Santiago más de 1.500 peregrinos.

Según las estimaciones realizadas por la Fundación de la Catedral, visitan el camarín del Apóstol entre unas 300.000 y 500.000 personas al año, una cifra “no muy amplia” en comparación con las más de dos millones de personas que vistan la basílica al año.

De ahí la importancia de establecer recorridos diferenciados para, según Lorenzo, controlar “mejor” los aforos, y evitar “las aglomeraciones”.

En cuanto al horario, será ininterrumpido, a partir de las 08:30 horas y hasta el cierre, a las 21:00 horas. La única excepción será la suspensión de la visita a partir de diez minutos antes del comienzo de la celebración litúrgica y durante su duración.