El año de las tendencias dispares

Los últimos 12 meses han sido una pasarela de estilos en los que la motomami de Rosalía convirtió una forma de vestir en toda una actitud ante la vida, al tiempo que series y películas se convirtieron en un espejo en el que mirarnos antes de abrir el armario

El momento en el que pocas hojas quedan ya por arrancar del calendario es perfecto para hacer repaso de las noticias que nos han acompañado durante los últimos 12 meses. En el caso de la moda, el instante es ideal para echar la vista atrás y ver las tendencias que hemos vestido, que han tenido un clarísimo protagonista: el color rosa. Todo lo que recordase a la muñeca Barbie ha sido una constante en prendas, complementos, maquillaje y estética en general.

Valentino fue el culpable de subir la moda a plataformas imposibles y looks del color de las muñecas que no han tardado en llegar a los catálogos de los grandes imperios “low cost” y que continúan con una paleta de colores de lo más atrevida.

RECORTANDO TELA

Frente a la tendencia oversize que reinaba años atrás, el 2022 ha sido la época de la vuelta a lo mini que, sin duda, continuará durante 2023. La estética musical imperante, con el trap como género más escuchado, ha traído de vuelta un culto al cuerpo que se materializa a través de tops cortísimos o pantalones muy ceñidos. Sobre la pasarela, el estilo colegial minúsculo de Miu Miu fue uno de los más replicados del año. 

En esta tendencia, la protagonista absoluta ha sido la minifalda, que ha reclamado su lugar después de varias temporadas en las que los looks se vestían en clave midi. La moda de enseñar pierna ha vuelto y ha venido acompaña de tiro bajo en la cintura para dejar el ombligo al aire. 

TODAS MOTOMAMIS 

En el año que ahora acaba incorporamos un nuevo término a nuestro vocabulario: Motomami. Con él, Rosalía dio título a su nuevo disco al tiempo que creó una nueva estética dominada por chupas de cuero de colores y materiales que se convierten en segunda piel. Las hermanas Kardashian o Hailey Bieber han contribuido a expandir esta tendencia por las mujeres de todo el mundo, especialmente entre las adolescentes.

Aunque ser una Motomami es cuestión de actitud ante la vida, a nivel estilístico tiene sus claves para triunfar. Su gran inspiración, los años 2000, también han sido los grandes protagonistas del 2022. Dos décadas más tarde, la moda recuperó muchas de las tendencias que supusieron una explosión de color al inicio del milenio. Todo lo mini, los corsés de Versace como punto de partida y los pantalones a ras de lo prohibido son las claves de una moda que conquistó especialmente a las jóvenes y que se sumó de forma más tímida a los armarios más maduros, sobre todo a través de los bolsos “baguette”.

 

COMODIDAD ANTE TODO

Y frente a todo ello, el 2022 ha sido el año de la comodidad más “fashionista”. El chándal ha ido desapareciendo muy progresivamente del lugar privilegiado en el que lo habían situado los confinamientos y la nueva normalidad postcovid para dejar paso a la ropa de montaña e incorporar un nuevo término a nuestro infinito y anglosajón vocabulario de moda: “gorpcore”. El vocablo viene a querer definir a una tendencia que también podríamos llamar la “antimoda” y se perfila a través de botas de montaña, pantalones militares, chaquetas de chándal y todas las prendas que en cualquier otro momento hubíesemos aborrecido combinadas con las prendas más “fashion”. De este cóctel han bebido este año las prescriptoras de la industria.

VESTUARIO DE CINE

En los últimos 12 meses, la moda ha mirado más que nunca al audiovisual; sobre todo a las series de las grandes plataformas. Títulos de dudosa calidad artística como “Emily in Paris” se han convertido casi en “biblias” de la moda, con los looks imposibles de sus protagonistas convertidos en nuevas tendencias en las tiendas.

Otros avalados por la crítica como “The white lotus” han confirmado una de las claves estilísticas de las nuevas generaciones: el “tuntuncore”, que viene a ser vestirse a lo loco y sin ninguna preocupación aparente por la combinación de las prendas. Un vestido de gasa con botas de trekking, una gorra vieja con lentejuelas… Al fin y al cabo, la moda está para divertirse y las nuevas generaciones así lo entienden.

Y el año lo cerramos con fundido a negro. Miércoles Addams ha sido un éxito en la pequeña pantalla que ha traído la estética “emo” de nuevo a la palestra con una vuelta de tuerca “centennial” de la que ya se han empezado a hacer eco las grandes firmas.

Con estos ingredientes se han ido sentando las bases de la moda que vendrá en 2023, que ya empieza a asomar la patita para ilustrarnos en los escaparates de la primavera.

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