César Pérez Gellida, el arte del suspense

El ganador del Premio Nadal 2024 mantiene un estrecho vínculo con Ourense, al igual que la primera autora que recibió ese galardón en 1944

El insomnio le llevó a la literatura, que no era ni su vocación ni su profesión. Licenciado en Geografía e Historia, hasta los 37 años se dedicó profesionalmente al ámbito del marketing. Once años después de publicar su primera novela, “Memento Mori”, César Pérez Gellida (Valladolid, 1974) acaba de ganar el Premio Nadal, fallado el pasado 6 de enero. Ochenta años separan “Bajo tierra seca”, el título de la novela ganadora de esta edición, de “Nada”, con la que Carmen Laforet había ganado el primero, en 1944. César comparte con la primera ganadora de este certamen el hecho de ser ourensano consorte, circunstancia que le ha servido para visitar a menudo esta provincia.

DE NIÑO ¿QUÉ QUERÍA SER DE MAYOR? CREO QUE LA LITERATURA NO ESTABA ENTRE SUS PLANES.

Yo descubrí la literatura a los 37 años. Recuerdo que, de pequeño, una de las cosas que más me atraía era ser policía. Lo tenía en la cabeza y cuando terminé mi carrera de Historia, una de las opciones tenía era opositar a la escala del cuerpo superior de Policía. El problema es que yo estoy operado de las dos rodillas y había una prueba que era el salto vertical que era imposible que lograse superarla así que lo descarté. Quién sabe, a lo mejor soy un inspector de homicidios frustrado.

AHORA ES USTED QUIEN CREA LOS CASOS. ¿LA NOVELA NEGRA, ES SU CAMPO DE BATALLA LITERARIO?

Salvo una incursión que tuve en 2015 en otro género con “Khimera”, una novela que es un thriller distópico por ponerle una etiqueta, que no tenía nada con ese componente criminal de las novelas negras. Pero de las trece novelas que tengo publicadas hasta ahora si hay que buscarle una definición que se adecue es el de novela negra.

¿CÓMO SURGE, DEL INSOMNIO SU CARRERA LITERARIA?

Yo tenía, y sigo teniendo, problemas para conciliar el sueño. Se me ocurrió un método, que es inventarme una historia. Y al día siguiente la retomaba en el punto donde la había dejado la noche anterior y esa historia fue creciendo y algún día decidí atraparla en el papel. Pero no tenía la pretensión de que fuera publicado, sino que lo hacía para mí. Al final acabó en manos de Michael Robinson a través de un amigo mío que tenía contacto con él y él me dijo que, si terminaba la novela en el nivel en el que estaban esos capítulos que se había leído, me abría las puertas del mundo editorial. Y así fue. No tuve que estar tocando timbres para acceder a editoriales con las que publicar aquella primera novela que era “Memento mori”.

Y FUE UNA ENTRADA POR LA PUERTA GRANDE

Fue con una muy buena editorial que era “Suma de Letras”, del grupo Santillana, pero tener una buena editorial no implica nada si no cuentas con la respuesta de los lectores, que la lean, hablen de ella y se convierta en un fenómeno editorial, como fue el caso porque con “Memento mori” en muy pocos meses lanzamos cinco ediciones.

¿CÓMO SURGEN LAS HISTORIAS QUE CUENTAN SUS NOVELAS?

No tengo un guion previo. Sigo el mismo método que cuando me inventé la primera historia durante las noches de insomnio. Es decir, donde me quedé el día anterior, ahí continúo. Así comencé y así sigo, solo que con un ritmo de trabajo que es de ocho, diez, doce y hasta catorce horas al día. Gracias a eso, al tener la historia muy presente en mi cabeza, fluye muy bien.

¿SABE DE ANTEMANO CÓMO VA A ACABAR LA NOVELA?

No. Y además soy de la opinión de que en la novela negra conviene no trazar líneas rectas argumentales en la cabeza. Voy generando la historia en la medida que la voy escribiendo. Y si en ese momento surge un giro que me va a condicionar, no me lo pienso. Y es que si yo no sé a dónde voy, difícilmente el lector se podrá adelantar a los acontecimientos. Y en este género es muy importante que el lector no sepa qué es lo que va a suceder.

NO ES MUY COMPLACIENTE CON LOS LECTORES.

Una de mis obligaciones es la de incomodar al lector. Si una novela negra no consigue incomodar al lector y removerlo del sofá es que no estás haciendo bien tu trabajo. Tengo que engañar al lector, jugar con él, siempre con las cartas boca arriba. Con honestidad. 

¿SUELE VENIR MUCHO POR OURENSE? ¿HA PENSADO EN AMBIENTAR ALGUNA HISTORIA AQUÍ?

Mi mujer es de Ourense y solemos venir todos los años dos o tres semanas a casa de mi suegra. Además Galicia es un sitio que siempre me ha llamado mucho la atención y no puede haber un año en el que no pase como mínimo tres o cuatro semanas por ahí disfrutando de la tierra, de su gente y de su comida. Y “Cuchillo de palo”, la segunda novela de la segunda trilogía está ambientada en buena parte de su trama, en el entorno de Gondomar y Vigo.

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