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Finca Teira, Ribeiros con personalidad

Manuel Formigo Finca Teira_result
photo_camera Manuel Formigo.

Además de ser el único colleiteiro que elabora tostado, Manuel Formigo aporta su carácter personal a los ensamblajes de sus vinos blanco

Hace un año que estrenó la nueva bodega. Fresca, limpia y muy espaciosa. Manuel Formigo lleva como colleiteiro desde 2006, pero algunos de sus viñedos tienen más años que él, como sucede con los de Finca Teira, plantados por su padre a finales de la década de 1970. Ya entonces apostaban por las variedades autóctonas del Ribeiro y de manera primordial por la Treixadura, que protagoniza los bancales de esa finca.

La mudanza de la bodega emplazada en la casa familiar a las nuevas instalaciones le ha permitido unir bodega y viñedos: algo más de 4,2 hectáreas de las que salen todas las uvas con las que elabora sus vinos.

Con una producción media que ronda las 40.000 botellas, el protagonismo lo tienen los blancos, con un porcentaje del 80 por ciento del total. El resto es tinto y una pequeñísima producción de Tostado que lo convierte en el único colleiteiro que elabora el gran vino dulce del Ribeiro.

Finca Teira es un coupage de Treixadura, Godello y Torrontés. La Treixadura domina con su riqueza aromática pero es complementada con las otras variedades. Es un vino joven pero que aguanta bien el paso del tiempo, de modo que las botellas de la cosecha del 2012 se encuentran ahora en su mejor momento. La pequeña producción, común a todas las referencias de Manuel Formigo, hace difícil encontrarlo en el mercado gallego y la compra directa en bodega o a través de Internet resulta más fácil. Exporta a distintos países, especialmente a Estados Unidos donde consolida cada año su mercado. Para los amantes de vinos más complejos, Teira X ofrece una sabia combinación de Treixadura, Albariño, Albilla y Loureira. Ambos vinos están elaborados solo con el mosto yema.

Manuel Formigo. Sus datos.

Comenzó su actividad profesional como enólogo trabajando en bodegas de distintas DO y, al principio, no estaba en su mente ser enólogo de su propia bodega. Ahora no se imagina mejor situación, pues aunque el trabajo es mayor, también lo es la libertad de ensamblar variedades hasta hacer los vinos que él quiere y controlar todo el proceso desde el viñedo hasta el embotellado. Por eso no tiene intención de crecer mucho más. "Quiero hacer la cantidad de vino que soy capaz de llevar a mi manera"

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