"Lady Blueberry”, moda que es dibujo

¿Cómo nació tu relación con la moda?

Desde muy pequeña siempre tuve un interés especial por el dibujo y el arte en general. Nunca dejé de dibujar y con 11 años empecé a dar clases de dibujo y pintura con un artista profesional: Yvan Descamps. Aprendí distintas técnicas y desarrollé mis intereses y, al comprobar mi gusto por el dibujo de prendas de ropa, decidí encaminarme hacia el diseño de moda. Algunos estudiantes de moda en aquel momento también acudían a las clases para mejorar su dibujo y el estar en contacto con ellos me hacía tener más ganas de aventurarme en ese mundo. Estuve unos ocho años asistiendo a su academia. En casa también disfrutaba viendo revistas de moda y pensando en múltiples posibilidades creativas. En general, lo tuve claro pronto y pude dedicarle mucho tiempo.

¿Cuál es tu filosofía en torno al mundo de la moda?

No tengo una filosofía como tal. Me gusta que las prendas transmitan la personalidad de cada uno. Mis diseños siempre tienen un poquito de mí, incluso cuando tengo que hacer algo más comercial. Creo que el verdadero orgullo de un diseñador no es conseguir renombre o fundar una marca famosa, sino lograr que la gente lleve tus diseños y se sientan cómodos con ellos, o que disfruten de la experiencia visual de una pasarela. Al final la moda es, además de un negocio, una forma de expresión artística.

Combinas diseño e ilustración.

La ilustración puede formar parte tanto del proceso creativo como de la prenda en sí. Por un lado, el saber expresar mediante el dibujo la idea que quieres para un diseño es muy importante a la hora de trabajar. Puedes tenerlo bien pensado en tu cabeza pero para trasladarlo a la realidad muchas veces necesitas del papel para ver formas, volúmenes y para sacar patrones; hay que visualizarlo. Por otro lado, las propias prendas pueden tener una gráfica concreta, como un estampado. Saber desarrollar y optimizar esos dibujos que van estampados en el tejido también es una forma de combinar la ilustración con el diseño. Actualmente, además de continuar mis estudios, me dedico al diseño de estampados para una empresa textil y es una faceta que me encanta porque combina dos de mis pasiones.

Tus diseños tienen un aire muy cosmopolita. ¿En qué te inspiras?

Realmente cualquier elemento puede servir de inspiración: música, literatura, historia, ciencia o incluso la tetera de tu casa. En mi caso, soy una persona muy visual y me inspiran más las cosas que puedo ver y observar. Por eso gran parte de mis colecciones se basan en temáticas artísticas como cuadros, películas o incluso arquitectura, aunque también he trabajado con temas abstractos en alguna ocasión. Todo esto siempre llevado a mi propio estilo colorido y un tanto barroco. Algunos elementos que he tomado como inspiración son catedrales góticas, tribus urbanas japonesas, un principio de física, un picnic al aire libre, Mozart o el pintor Gustav Klimt.

Has realizado también cursos fuera de España. ¿Cómo se vive la moda por el mundo?

El año pasado asistí a un curso de ilustración en la Central Saint Martins en Londres y fue una experiencia muy buena. Aunque la moda es algo globalizado, en cada rincón encuentras detalles diferentes. Siempre aprendes algo nuevo, sobre todo de la gente. También, relacionarse con otros creadores y observar su obra es importante para crecer como artista. Viajar y formarse es siempre una experiencia positiva en muchos sentidos.

¿Cómo es el proceso de abrirse paso hoy en día?

Es un proceso muy complicado. Primero, porque ya para formarte necesitas gastar mucho dinero. Los títulos de moda, por lo general, no suelen ser baratos ni accesibles para mucha gente, no abundan y sigue habiendo rastros de elitismo todavía. Aun pudiendo pagar la matrícula, los gastos en materiales para los proyectos aumentan el presupuesto considerablemente. Una vez consigues el título, comenzar tu propio negocio suele ser poco viable si no tienes mucha experiencia. Los costes de producción de una pequeña o mediana empresa acaban por elevar los precios de los productos y no pueden competir con el mercado actual. Muchos diseñadores crean sus propias colecciones simplemente para ampliar su portfolio. La opción de trabajar para una empresa grande, sobre todo al principio, suele ser la más habitual. Desde hace un tiempo está habiendo una gran tendencia hacia la posición de artista autónomo donde puedes trabajar para diferentes empresas y a la vez crear tu propio producto. Creo que es un buen paso para introducirse en el mercado.

¿Cómo ves la moda hoy?

Están apareciendo cada vez más nuevos talentos, muy creativos y con una formación y un currículo impresionante. Muchos artistas están viendo en la moda una oportunidad de trabajo y esta ya no se ve como algo inaccesible solo para ricos. Muchos creativos están plasmando sus obras en ropa para la gente de a pie. Y personalmente creo, o espero, que este número de creadores aumente con los años y consigan superarse cada vez más.

¿Y cómo está Galicia?

Es un punto estratégico y privilegiado. Muchos gigantes de la moda son gallegos y tienen aquí sus sedes, por eso para los creadores locales es una ventaja estar rodeados de esos ejemplos. Poder tener oportunidades de trabajo en tu casa es algo de agradecer. En Galicia conviven muchos artesanos que han desarrollado su labor durante años y que sirven como referente para nuevas generaciones de creadores. Nuestra cultura y nuestro bagaje hace que afloren nuevos talentos que conocen el sector y que se empapan de la cultura de la moda gallega.