Entre los que regresan de sus vacaciones de julio y los que las empiezan en agosto, estamos a punto de llegar a los días con más viajeros por las carreteras. La A-52, que conecta la Galicia Sur con el resto del mundo no es una excepción. Con algo más de veinte años cumplidos el tiempo empieza a pasar factura a su firme y otros elementos. Por suerte, en la parte gastronómica, los viajeros van a poder contar con una amplia oferta desde que entran en suelo gallego, por el término municipal de A Mezquita, para comer sin problemas. Cerca de cada salida señalizada encontrará al menos, un restaurante.
En el Alto do Pereiro, en A Mezquita, hay tres en el entorno, todos ellos se caracterizan por disponer de menú del día y carta, en ambos casos con raciones abundantes y precios contenidos. Se trata de Don Pepe, O Cazador, y O Carrizo. No es casualidad que algunos turistas que pasan sus vacaciones en Puebla de Sanabria se acerquen hasta ahí a comer.
La siguiente parada es A Gudiña. El hecho de que la autovía alejase de su centro urbano el paso de los coches, camiones y autobuses no ha supuesto una merma para su variado sector hostelero. Si en estos días tiene pensado parar a comer su famoso cabrito, en el hostal restaurante Óscar es mejor que llame con antelación para reservar mesa.
La llamada para reservar es casi obligatoria a lo largo de los próximos días en estos restaurantes de carretera. En la A-52 tenemos otra salida en Verín y allí la opción que nunca defrauda del Restaurante Brasil, desde su salpicón de marisco a cualquier plato de carne o pescado.
En Viladerrei merece la pena dejar la autovía para comer. Se trata de Casa César, famosa por sus épicos cocidos en invierno y sus cabritos y merluzas en verano. Y al dejar Ourense, todavía podemos hacer una parada para comer, en Santa Cruz de Arrabaldo, en el restaurante Cuatro Caminos. Menú y carta con especialidades como las anguilas.
