Tendencia lencera, del interior al exterior

La vuelta a los años 2000 a los catálogos de las marcas en 2023 ha traído consigo la reaparición de la ropa interior y de casa como protagonista de nuestros looks de calle con propuestas para las muy atrevidas y otras que cualquiera puede adaptar a su estilo: lencería y camisones toman las calles

En ese viaje de vuelta que la moda ha realizado este año hacia la primera década de este siglo XXI, no podría el trayecto continuar sin hacer parada en una de las apuestas más atrevidas de aquellos tiempos. El tanga, esa prenda que muchas lucieron con orgullo entonces, ha vuelto a reclamar su foco de protagonismo. Lamentablemente, esta minúscula ropa interior ha vuelto a asomar por encima del tiro de pantalones que, como buenos dosmileros, han vuelto a reducir su tiro muy por debajo del ombligo.

El ejemplo más reciente lo tenemos en el Versace que Lady Gaga lució para su entrada en la gala de los Oscar. El escote de la espalda bajaba bastante más allá del punto en el que esta parte del cuerpo pierde su nombre y, para ocultar el trasero, un tanga incorporado al vestido. Más allá de apariciones estelares, son varias las famosas que han dejado a la vista su ropa interior incluso en sus looks de calle.

El tanga -una simple evolución del taparrabos de nuestros antepasados- acabó por convertirse en un icono pop cuando el calendario alcanzó su tercer milenio. Pero no es esta la única prenda que ha pasado de la intimidad de los hogares a dominar las propuestas estilísticas de muchas marcas. 

Símbolo de opresión

La semana pasada hablábamos de cómo las mujeres fueron haciendo su revolución a través de la moda. Y una de esas revoluciones pasó por desterrar el corsé que durante siglos oprimió sus cinturas, pero eso no significó su desaparición, sino que años después volvió pero esta vez como decoración exterior de los looks. Los corpiños se convirtieron en un elemento de moda por decisión en el que todo vale. Desde los más lenceros, hasta los más dominatrix de cuero pasando por aquellos que imitan a los clásicos o los elaborados en tejidos más innovadores, como el vaquero.

Bien como prenda única o sobre camisas, el año pasado fue el de la vuelta de los corsés y esta primavera todavía tendrán mucho que decir.

Lencería a la vista

La ropa interior ha perdido su calificativo. Con la pandemia, el chándal se convirtió en nuestro uniforme principal, pero la vuelta a la normalidad trajo consigo una revolución en la moda que se materializó en el resurgimiento de la lencería. Son infinitos los ejemplos de famosas que han pisado la alfombra roja enseñando el sujetador. Vuelve a ser, sin duda, la vuelta a los años 2000 en esta tendencia que se ha dado en llamar Y2K. Puede que no sean el adalid de la comodidad, pero la ropa interior hoy se plantea -en su gran mayoría- para poder ser vista. 

Existen todo tipo de sujetadores, de todos los cortes y colores, que permiten la opción de prescindir de cualquier camiseta o blusa sobre ellos. Una de las apuestas más recurrentes para sumarse a esta tendencia es la de dejarlos que asomen bajo una americana o una camisa entreabierta. 

Es, sin duda, una propuesta para las más atrevidas, si bien, a diferencia de lo que ocurría en los comienzos de siglo, hoy es habitual que la luzcan todo tipo de cuerpos y no solo los “heroin chic” que determinaban las tallas entonces.

A la calle en pijama

La moda se ha ido liberando con el paso del tiempo. Por fortuna, la variedad estilística es quien preside hoy las calles y prácticamente todo está permitido. Entre esas licencias están los looks pijameros. Aunque su auge fue más bien entre los años 2018 y 2020, cualquier momento es bueno para adoptarla. No se trata de salir a la calle en pijama como tal, aunque hay que recordar que hace unos meses se hizo viral lo del netflix-baguette-netflix que era, básicamente, darle nombre chic al modelito para bajar la basura. Se trata de la apuesta de las marcas por confeccionar conjuntos que pareciesen un pijama, tanto en tejidos como en cortes y caídas, pero diseñados ya para salir a la calle.

Una buena opción para subirse al carro de la ropa de casa en el exterior para quienes no se atrevan con la lencería.

Los vestidos

Y como punto intermedio de todo esto, mención especial merecen los vestidos lenceros. A medio camino entre lencería y camisón, esta prenda vuelve cada temporada sin llegar a irse durante el inverno. Raso, seda y puntillas son los elementos que los definen. En su caso, los años 90 fueron su época dorada, un esplendor que resurge de sus cenizas de cara a la época estival de 2023.

Te puede interesar