¿Por qué se roban los catalizadores?

Catalizadores incautados en una operación policial.
photo_camera Catalizadores incautados en una operación policial.
Los catalizadores se han convertido en un objetivo claro de los amigos de lo ajeno, por su contenido en metales preciosos y lo fácil de su acceso

De un tiempo a esta parte, los robos de piezas de vehículos se han convertido en una tónica. Casi por oleadas, los amigos de lo ajeno la toman con algún elemento y “se hacen de oro”, en este caso se podría decir de platino.

Y es que desde hace ya unos meses, son muchos los usuarios que se suben a su coche o furgón por la mañana y al arrancarlo notan un sonido terrible. Ese es el preludio de algo que ya ha sucedido en infinidad de ocasiones a nivel nacional y también en Ourense, les han robado el catalizador del coche.

Generalmente este robo, además de la propia sustracción de ese elemento acarrea daños adicionales, porque la verdad es que no suelen ser demasiado cuidadosos con la extracción de una pieza a la que se llega solamente con mirar por debajo del mismo.

De todas formas, antes de profundizar en por qué los catalizadores (y las baterías convencionales) son objeto de deseo de los ladrones es importante explicar qué es el catalizador de un vehículo.

Qué es el catalizador

Sin entrar en demasiados detalles técnicos, el catalizador de los vehículos se utiliza para modificar los gases que emite la combustión de la gasolina para evitar que sean tan nocivas. Este “depósito” contiene un panel cerámico recubierto de metales preciosos, generalmente platino o paladio, que tiene un precio muy elevado en el mercado, por lo que más allá de sus beneficios para el medio ambiente, tiene un valor interesante para los “cacos”.

Estos catalizadores tienen una vida útil aproximada de diez años y posteriormente van perdiendo la efectividad. Cuando terminan su vida útil se reciclan como casi todos los componentes de los vehículos, con un coste y trazabilidad garantizada.

¿Cómo se roba?

La opción elegante sería hacerlo a través de las herramientas específicas de un taller, pero en estos casos, en los que al amigo de lo ajeno le importa nada el vehículo y busca hacerlo rápido, se suele cortar con una sierra o arrancarlo con otro vehículo. Esto, más allá del propio robo, causa daños adicionales que puede elevar la factura del taller mecánico.

¿Quién los roba?

Este tipo de robos no suele ser asunto de delincuentes comunes. No es por la dificultad de hacerse con uno de estos elementos, que es relativamente sencillo, sino por lo complicado que es retirar el metal precioso del catalizador. Además, la cantidad que trae es muy pequeña, por lo que es necesaria una gran cantidad de ellos para que “el negocio” sea rentable. Por eso, suelen ser estructuras organizadas que obtienen gran cantidad de estas piezas.

¿Qué hacer si lo roban?

Como en cualquier sustracción en el vehículo, lo primero es presentar una denuncia. A continuación es el turno de revisar la póliza del seguro, ya que hay algunas que sí cubren parte de la reposición de este elemento, aunque depende de las opciones contratadas. En ese caso, es necesario notificarlo a la compañía y comprobar la cuantía que cubren de esa reparación.

Cómo evitar el robo

Los consejos se basan en el sentido común, pero no hay una estrategia fiable al 100% para que no lo roben. Guardar el coche en el garaje o dejarlo en zonas con cámaras de seguridad o bien iluminadas pueden ayudar, pero como se dice anteriormente no son la panacea para evitar la llegada de los ladrones. Lo que sí puede hacer es disuadirlos de que lo intenten, aunque eso ya son teorías que se basan en la experiencia.

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