La hostelería critica el cierre de terrazas debido a la feria de Verín

photo_camera Así transcurrió la primera feria de agosto en Verín. (Vídeo: C.C.).
La jornada transcurrió sin ningún tipo de incidencia

Las ferias del 3 y 11 de agosto, al igual que las del 23 de diciembre y 3 de enero, son las más concurridas en Verín, y así se mostró este martes. A pesar de la incidencia del covid-19 en el municipio, la calle Lisa, Plaza Mayor y la zona de la Alameda acogieron a vecinos de toda la comarca, además de turistas y veraneantes que se acercan cada año hasta la villa.

Aunque la pandemia frenó la actividad de los feriantes, descendiendo su movimiento, en la de este 3 de agosto en Verín se recuperó afluencia de gente, casi similar a otros veranos. “Hubo más movimiento comparado con las ferias de julio, además de que el tráfico rodado también aumentó”, cuenta Manuel Alfonso, de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil del municipio, quien asegura que “la gente por lo general se comportó bien, con la mascarilla puesta en todo momento e intentando distanciarse, aunque había momentos que era difícil por la afluencia, pero bien, sin ningún tipo de incidencias”. 

Hostelería

A pesar del repunte de usuarios que se acercaron a la feria, la hostelería volvía a recibir un “duro golpe”. Los hosteleros de la zona concordaban en otras ocasiones con la idea de que la feria es positiva para vender más, algo que no ocurrió en esta jornada. El hecho de que Verín se encuentre en el nivel alto de restricciones -en interior solo se puede acceder con certificado de test negativo o pauta completa de vacunación- ha mermado la venta de desayunos en la zona. “Al no poder poner la terraza en la vía pública porque la ocupan los puestos, aquí dentro solo tenemos 3 mesas y con la situación que tenemos… Poco podemos hacer”, se lamenta Lina Fernanda, del bar Plaza.

Como ella, en el restaurante-cafetería Paladar, Marco Gandra cuenta que “normalmente despachamos moitos almorzos, pero hoxe non entrou ninguén, e nas dúas mesas de fora, como hai tanto alboroto, pouca xente parou”, explica mientras hace balance de los últimos días, “co tema das restriccións está baixando moito a cousa, esperemos que pronto mellore a situación”. 

La gran mayoría de locales hosteleros se quedan sin la totalidad de sus terrazas los días de feria, pero unos pocos disponen de alguna mesa -reducidas-, los que también notaron el descenso de clientela durante la mañana: “Por las mañanas trabajamos muy bien, aunque ahora tenemos gente fuera, menos que otros días porque tenemos menos mesas, nos falta el movimiento en el interior y, por desgracia, se nota”, relata Andrea Álvarez, de la cafetería K-tedral. 

Así, entre afluencia de gente, hosteleros disgustados y un dispositivo específico para controlar la jornada, la feria del 3 de agosto deja un sabor agridulce en Verín, una jornada que en otras ocasiones resulta ser un éxito.

Te puede interesar