Las villas ourensanas, damnificadas por pintadas en el mobiliario urbano

Verín, Xinzo, Carballiño y Lobios son los lugares más afectados, donde se incrementó el vandalismo durante el verano

C. CANEIRO | DELEGACIONES. VERÍN

Publicado: 12 sep 2022 - 02:42 Actualizado: 12 sep 2022 - 08:36

La zona vieja de Verín: "pintadas" que ensucian el mobiliario

El final de verano siempre trae un sabor agridulce. Lo dulce por la afluencia de gente en las villas. Y lo agrio por las consecuencias de los excesos. Las principales villas de la provincia de Ourense, ya con escaso turismo, vuelven a la normalidad con más mobiliario y bienes urbanos dañados. “Hai xente moi cívica e outros aos que lle dá por facer mal en propiedades alleas e incluso públicas, algún de fora pode facer algo, pero os de aquí tamén son, porque cando non hai turismo aparecen algunhas pintadas igual”, apunta Elvira Lama, alcaldesa de Xinzo de Limia, donde vieron un incremento del vandalismo estos meses.

Allí dañaron los paneles de la Iglesia vieja y hay pintadas por todo el pueblo, pero especialmente en el casco viejo, tanto en zonas públicas como propiedades privadas. Como en Verín, donde el casco antiguo es el más afectado. “Nós non temos ningún problema en cederlle espazo a quen queira expresar a súa arte, pero hai que dar a cara”, señala el alcalde Gerardo Seoane. Mientras el Concello trabaja por eliminar los feismos con el proyecto “Verín, territorio Banksy”, muchos se dedican a estropearlo: “Este proxecto é unha medida contra isto, trataremos de tapar o que eles estropean, esperemos que se tome conciencia e haxa respecto”, añade.

De esto no se libran en O Carballiño, donde hace escasos días el Club Ciclista manifestaba su malestar por el destrozo de una de las zonas que emplean para entrenar en Pena Cobertoira. En la villa, según Francisco Valeiras, cabo de la Policía Local, asegura que “non é algo frecuente, pero si que existen en diferentes espazos e no Barrio de Flores”. El cabo lamenta que “se nas propiedades privadas non se denuncia non se pode facer nada, e no patrimonio público xa nos encargamos nós de levar a cabo os procedementos, xa temos dado con algúns dos vándalos”.

“Calquera lugar lles vale”, es lo que se escucha cuando se habla de ello. Prueba de ello es la estación de tren de A Rúa, más estropeada que nueva por culpa de estos actos. Álvaro Rúa, su alcalde, afirma esto: “É así, é unha pena porque nós gastamos cartos en mellorar o mobiliario e as rúas, mentres outros se adican a isto”. Algo que también sufren en Celanova, con el pabellón de As Triguerizas “graffiteado” de arriba a abajo, la bajada al Cercado, las escaleras del Auditorio y el Monasterio afectados.

En lugares más pequeños, como Lobios, no son ajenos a estos actos vandálicos. María del Carmen Yáñez, la alcaldesa, es muy crítica con estos hechos y pide conciencia social: “Son pintadas de moi mal gusto que danan o que é de todos. Nós respectamos todas as sensibilidades artísticas, pero isto non se pode permitir”, apunta sobre las pintadas en señales nuevas, contenedores e, incluso, algún establecimiento comercial.

Desde las administraciones locales barajan tomar medidas. Las más inmediatas “arranxar o que estragaron”, además de realizar campañas de concienciación. Incluso, como apunta Lama “usar as cámaras que se colocan para outros asuntos”. Todo ello para acabar con estos actos vandálicos, a los que Yáñez no le llama graffitis, “porque os graffitis son arte, isto é ensuciar os bens urbanos”.

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