El ejército da un ultimátum de 24 horas a Mursi para resolver la crisis política

Las Fuerzas Armadas egipcias, que pese a la caída de Hosni Mubarak en 2011 no perdieron su papel de árbitro de la nación, irrumpieron ayer en la crisis política y dieron un ultimátum de 48 horas al presidente Mohamed Mursi para que 'atienda las demandas del pueblo'.
Tras la ambigua advertencia que formuló hace una semana de que 'intervendría' si el país se deslizaba hacia el caos, el ejército materializó la amenaza e instó a Mursi y a las fuerzas políticas a alcanzar un acuerdo que ponga fin a la crisis. De otra forma, señaló en un comunicado, los militares anunciarán una 'hoja de ruta para el futuro' y supervisarán su aplicación.

Para las Fuerzas Armadas, las masivas protestas de millones de egipcios que el domingo tomaron las calles para exigir la renuncia de Mursi son 'manifestaciones del pueblo, que expresó su opinión y su voluntad de una forma pacífica y civilizada sin precedentes'. 'Es obligatorio que el pueblo egipcio reciba una respuesta a su llamamiento y que cada parte asuma su responsabilidad en estas circunstancias peligrosas que rodean a la patria', agregó la nota, al tiempo que aseguraba que el Ejército 'no será parte del juego político ni del gobierno'. La noticia fue acogida con júbilo por las decenas de miles de opositores reunidos en la emblemática plaza Tahrir, en el Cairo.

La violencia desatada en la noche del domingo tras las grandes movilizaciones de la oposición dejó un rastro de 20 muertes y más de 700 heridos, con escenas especialmente cruentas, como el asalto de los opositores al cuartel general de los Hermanos Musulmanes. Quince guardaespaldas del 'número dos' de los Hermanos Musulmanes, Jairat al Shater, fueron detenidos.

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