Un niñato maleducado llega, se sube a la acera, deja un metro escaso para los viandantes del Parque de San Lázaro hacia Cardenal Quevedo. Se mete en las galerías, sale comiendo un par de bollos, se mete en su "gogomóvil" y al rato abre la puerta, tira más de medio bollo al suelo y continúa otros diez minutos de cháchara.
¡Bendita educación!