No sólo hay tongo en las oposiciones de administración de la Xunta

Formo parte de uno de los casi treinta profesionales que se presentaron como candidatos a las interinidades convocadas a finales del curso pasado por la Consellería de Educación de la Xunta de Galicia, para trabajar en la Escuela de Arte Dramático de Galicia. Unos estudios públicos que han llevado a cabo un proceso de selección de personal bastante oscuro sobre el que planea, desde mi punto de vista, la sombra del enchufismo. Hablo concretamente de las especialidades de Literatura dramática y Teoría teatral.
Animado por mis conocimientos pedagógicos, elaboré un proyecto que contemplaba todos los aspectos a los que la convocatoria obligaba. La mayoría de los apartados no daban lugar a que fueran juzgados subjetivamente: marco legal, objetivos, contenidos... Sin embargo, cuál fue mi sorpresa cuando salió la resolución provisional de ambas disciplinas:
Teoría teatral: 1 aprobada, 27 suspensos.
Literatura dramática: 1 aprobada (la misma), 31 suspensos.
Incrédulo, observo las notas: ceros con alguna décima, unos, algún tres... y decido buscar información sobre la única admitida... primera sorpresa: un artículo que la vincula con uno de los actuales profesores de ambas materias en la propia ESAD.
No quiero pensar mal. Busco los nombres de los excluidos en google. Segunda sorpresa: desfila ante mis ojos la vida académica y laboral de mis compañeros de desdichas: doctores en literatura, docentes, profesionales con decenas de publicaciones y.... ¡el director (además de escritor) del aula de teatro de la Universidad de Santiago desde 1990!
Mi siguiente paso es llamar a la Xunta donde me confiesan que no saben quien ha formado parte del tribunal que calificó los proyectos docentes, se excusan, me animan a que reclame, parecen compartir mi teoría...
El 6 de noviembre, ha salido la resolución definitiva y, como era de esperar, nada ha cambiado y nada se puede hacer por solucionarlo. Lo único que nos queda es que esto salga a la luz. ¿Tan bajo ha caído la educación en nuestra comunidad que, ni siquiera, se cuentan los méritos de un candidato a profesor en un centro público? No importan los años de docencia impartida, ni los cursos de formación, ni los másteres que uno haya estudiado...
Creo que la sociedad tiene el derecho de conocer en qué pilares se sostiene la posible educación PÚBLICA de sus hijos y, por eso, me gustaría que esto fuera de dominio público. Cada uno es libre de pensar lo que quiera, pero me parece que la falta de disimulo y de profesionalidad en esta selección de profesorado es notoria.

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