La intensa lluvia de la mañana de ayer concedió una pequeña tregua para la celebración de la Procesión del Corpus, que avanzó por las calles del centro urbano hasta la Praza Maior en donde se confeccionó una alfombra floral, para regresar de nuevo a la iglesia de la Veracruz. Aún así no estuvo tan concurrida como en años anteriores por temor a un chaparrón.
La procesión estuvo acompañada durante todo el trayecto urbano por un grupo de gaiteiros y posteriormente tenía lugar la misa en el Templo de la Veracruz con canto coral.