La Xunta no contempla presupuesto para expropiar, por lo que la reforma será más superficial

La falta de fondos impide ensanchar toda la vieja N-120

La empresa Arias, encargada de llevar a cabo las obras de mejora del firme de la antigua carretera Ourense-Vigo (N-120) a su paso por el municipio de Ribadavia, centraba en la jornada de ayer su trabajo en el tramo comprendido entre el barrio de San Francisco y las estaciones de ferrocarril y de autobuses, en el casco urbano de la villa.
El proyecto, que supone una inversión aproximada de dos millones de euros por parte de la Xunta, se extenderá esta semana a la rotonda ubicada en la localidad de Valdepereira, en las inmediaciones de la Cooperativa Vitivinícola, antes del periodo vacacional del sector de la construcción previsto para la próxima semana.

El concejal de Obras de Ribadavia, José Prieto, señala que 'unha vez pasadas estas datas de descanso, a constructora retomará as obras na estrada coñecida como Corredor do Ribeiro, ó seu paso polas parroquias de Santo André de Camporredondo e Esposende, xa no límite co municipio de Cenlle'.


EXTENSIÓN

Las obras consistirán en una ampliación del ancho de la calzada 'ata onde sexa posible, xa que neste proxecto non se contempla orzamento para acometer un proceso de expropiación de terreos para elo', explica el edil socialista, además del asfaltado. Una vez concluido este tramo, la empresa continuará hasta la localidad de Coedo, ya en el municipio de Leiro, donde la carretera entronca con el Eixo do Ribeiro (OU-901) en sentido Carballiño. La última zona de actuación, también con mejora del ancho y asfaltado, se extenderá desde la céntrica Rúa Progreso de Ribadavia hasta A Barcia, en Melón, coincidiendo con el cruce con la nueva N-120 (Logroño-Vigo).

Este proyecto contribuirá a la modernización de la principal vía de entrada al casco urbano de la capital de O Ribeiro, que intercomunica la N-120 en Melón con la autovía A-52 en Valdepereira.

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