La abogacía, “un servizo público cargado de futuro”

La abogacía ourensana celebró ayer su día grande. Desde el Colexio dieron la bienvenida a los que empiezan y más tarde, en el Liceo, se conmemoraron los 25 años que 72 letrados llevan de ejercicio de la profesión. Fue una ceremonia en la que se recuperó el tiempo perdido: la pandemia impidió que en 2020 se festejasen estos actos en San Martiño.

En la primera cita, diez aspirantes prestaron juramento frente a una junta directiva encabezada por la decana Pilar López-Guerrero. Sus padrinos y madrinas los presentaron: Miguel Nieto, Arian González, Alexandre Lodeiro, Tania Vázquez, Francisco José Rodríguez, Lucía Álvarez, María Luisa Campos, Sofía Velasco, Anthony Julián Rojas y Rebeca Garra.

Algunas presentaciones exhibieron poderío. La madrina de Rebeca Garra avisó: “Ahí donde la veis tan pequeñita, no os fiéis, es una leona”. Otras llevaban un mensaje de esperanza: “Anthony velará por los derechos de los extranjeros que residan en España”, y en el caso de Sofía Velasco se dejó ver la emoción de una madre presentando a su hija, que se dedicará a la misma profesión que sus dos progenitores.

Durante el acto, la decana Pilar López-Guerrero dedicó unas palabras a estas nuevas promesas, que se unen a un colectivo formado por 681 abogados ejercientes y residentes en la provincia y a otros 820 que no están en activo. Como en otras ocasiones, recurrió a la literatura. Esta vez se decantó por Gabriel Celaya y su poema “La poesía es un arma cargada de futuro” con el que se refirió a los protagonistas del día, que tienen un futuro “sendo a parte motora da xustiza, dun servizo público esencial”.

Por la tarde, fue el turno de los “veteranos” con 25 años de profesión. Estaba previsto que acudiesen 72 letrados, pero finalmente fueron 54 los que recogieron su diploma. La Valedora do Pobo en Galicia, Dolores Fernández Galiño, les dedicó un discurso a los presentes en el que acercó las profesiones de abogado y juez, “as cales non sen entenden unha sen a outra”. Destacó la importancia de que “as mulleres se empoderen” en la profesión y animó a utilizar la denominación “Colexio de Avogacía” en vez de “Colexio de Avogados”, algo en lo que la ciudad de As Burgas es pionera en Galicia.